Lo que le faltó a Lopetegui
Santi Solari no mejora a un equipo angustiado pero con fortuna
De Lopetegui a Solari no cambió sustancialmente la cara de un equipo aún deprimido, angustiado como en jornadas precedentes por la falta de gol y la fragilidad defensiva. Hubo ocasiones, sí, pero el juego volvió a ser horizontal, plano y previsible. Casi un juego de niños para la zaga del Valladolid, una de las más rocosas del campeonato.
Las dudas en el Madrid se propagaron por la grada a pesar de la consigna de Solari en la previa, en la que apelaba a la unión entre afición y equipo. Cada acercamiento del Valladolid o cada circulación duradera de los de González alimentaba la desesperación del Madrid.
Pero apareció con Solari un factor diferencial que le fue esquivo al desdichado Lopetegui: la diosa fortuna. Tan sencillo y tan difícil. Con el vasco en el banquillo, cualquier llegada rival era gol, tal y como ocurrió contra el Levante. Con Solari, en cambio, la ‘flor de Zidane’ se materializó en forma de dos disparos al poste.
Con la versión más abúlica de Bale y Asensio y con Modric irreconocible, Solari echó mano de Lucas, Vinicius e Isco para el arreón final. Y a diferencia de lo que ocurría con Julen, el experimento, una moneda al aire, salió cara. Entre otras cosas, porque el argentino echó mano de Vinicius, denostado por el vasco por la falta de “cocción”.
Tras ochenta minutos de dominio estéril y con un Bernabéu a punto de explotar, el cuadro blanco pudo reencontrarse con la ansiada victoria (no ganaba desde septiembre contra el Espanyol) gracias a un afortunado gol en propia puerta que Gil Manzano con- cedió a Vinicius Jr.
El cuadro de Solari, si se quiere más ordenado y fiable que el de su predecesor, pecó de los mismos vi- cios en ataque que antaño. Pero hay factores intangibles y suertes inexplicables que pueden cam- biar la dinámica de un equipo. El técnico argentino, al menos con- tra el Valladolid, gozó de algo que nunca tuvo Lopetegui: mucha suerte y confianza en Vinicius
Toda la suerte que le fue esquiva a Lopetegui le sonrió a Santiago Solari