Alonso merece un premio mayor
Doblete de Toyota con el coche del asturiano en segunda posición tras tener mala suerte y perder el triunfo en una estrategia que le perjudicó
Una parada a boxes. Eso fue lo que privó a Fernando Alonso del triunfo en las 6 Horas de Shanghai. Un momento de mala suerte para el asturiano que le quitó una victoria que ya acariciaba con los dedos debido a la gran ventaja que había conseguido el ovetense en otro stint mágico sobre el asfalto mojado de la ciudad china. De un instante a otro, pasó de liderar con comodidad a la segunda plaza en otro doblete final de Toyota, con algo de regusto amargo para el español, que vio como una sucesión de imprevistos le alejaban del triunfo final sin poder hacer nada para recuperar la posición.
Sea como fuere, el primer objetivo del asturiano y de todo el equipo era lograr un doblete, y lo ataron. Y en esta ocasión, el espíritu de equipo que prevalece en el Mundial de Resistencia hizo que Fernando y sus compañeros en el Toyota número 8, Buemi y Nakajima, tuvieran que conformarse con el segundo escalón del podio. Con este resultado, la lucha por el campeonato se aprieta entre los dos prototipos asiáticos, con el #8 de Alonso con 102 puntos y 97 para el Toyota #7 de Pechito López, Conway y Kobayashi. Solo 5 puntos de diferencia a falta de 3 pruebas, con distintas puntuaciones cada una.
Este espíritu de equipo unas veces te da y otras te quita. Ayudó a que el ovetense ganara su primera prueba en Spa cuando Conway venía como un avión al final de la carrera debido al pacto de equipo de mantener las posiciones en el último stint de sus pilotos. Y esta vez jugó en contra de las ansias de victoria de Alonso, que mereció un premio mucho más grande tras la enorme clase magistral dada sobre la lluvia caída en Shanghai.
El agua complicó y mucho las cosas a todos. Originó dos banderas rojas y que la carrera se parara en dos ocasiones. La pista estaba impracticable, el agua hizo que se perdieran un poco menos de 3 horas de carrera. A partir de ahí antes de alcanzar el ecuador de la cita, la carrera se reanudó y Fernando logró una ventaja de 25 segundos e el liderato respecto al coche ‘hermano’, y cuando todo parecía preparado para que el ovetense pusiera la guinda a su relevo aumentando la diferencia para asegurarse el triunfo, todo cambió debido a dos accidentes simultáneos.
No ganó el mejor
A falta de 2 horas y 20’, el Dragonspeed #10 se salió de pista y en la recta principal, el Bykolles #4 de Tom Dillmann se paró y se prendía fuego. La mezcla de ambos incidentes acabó con la sonrisa que se podía dibujar bajo el casco de Fernando. Salía el safety car y la el colchón del ovetense quedó en 8”.
Justo entonces era cuando le tocaba parar a los dos Toyota. Lo hacía en primer lugar Kobayashi, el segundo clasificado, con todavía el safety en pista. Y una vuelta después, llegaba el turno del español, con la mala suerte que el coche de seguridad ya se había ido y la carrera se había relanzado. Así, el ovetense perdía mucho más tiempo que el japonés en su parada, puesto que el coche 7 la hizo cuando el resto de pilotos pasaba por el pit lane mientras limpiaban la recta por el incendio de Dillmann. Además, cuando el bicampeón del mundo de F1 se disponía a salir al asfalto, el semáforo de la calle de boxes estaba en rojo y perdió otros 5 segundos clave.
¿Y por qué no pararon a Fernando antes para evitarlo? Por asegurar la victoria de un Toyota. Comprensible, aunque luego la suerte le quitara de forma muy cruel una victoria merecidísima al español. El Rebellion #1 iba segundo, Kobayashi necesitaba gasolina, y si Alonso, que era líder, repostaba antes y había otra bandera roja, la carrera se podía haber suspendido sin triunfo de los japoneses. Demasiado riesgo. Así, Alonso volvió en la segunda posición tras su repostaje, con 27” de desventaja respecto al otro Toyota que fueron ya insalvables
PARADA CRUCIAL El asturiano fue llamado antes a boxes y ello le hizo entregar el liderato y la victoria
SIN RIESGOS El conjunto quiso proteger la primera posición ante cualquier imprevisto