Los hipócritas del fútbol femenino
Los programas de deportes delatan su falso compromiso con la Liga Iberdrola
El partido de la Liga Iberdrola entre el Barça yel Atlético de Madrid, el clásico de la liga femenina, consiguió en Gol una media de 250.000 espectadores. Y el gol de Toni Duggan, en el minuto 92, lo vieron hasta 500.000 personas. Las cifras demuestran interés por el fútbol femenino, aunque los programas deportivos siguen relegándolo como algo secundario. El lunes al mediodía, en Deportes Cuatro, por ejemplo, le dedicaron unos escasos 30 segundos de información. En Antena3 Deportes les concedieron los últimos 15 segundos de informativo. Manu Sánchez, condescendiente mientras veía como las jugadoras firmaban autógrafos, decía: “Empiezan a tener tirón ¡sí señor!”. Sí, y más que lo tendrían si en su informativo no priorizaran unos perros despeñándose por un acantilado en vez del fútbol femenino. En Jugones lo menospreciaron hasta el punto de priorizar el lamentable Show Maradoniano. El baile del decadente Pelusa consiguió un minuto 15 segundos. Para ellas, solo 45 segundos. Eso sí, Pedrerol hizo un editorial dedicado al fútbol femenino como un abanderado del feminismo: “Estamos de enhorabuena. Hasta los políticos van a ver el fútbol femenino. Ahora solo falta que sepan lo que ven. (…) Cinco mil aficionados en el estadio viendo el partido. Hace no tantos años a una chica le prohibían jugar al fútbol. (…) Los medios de comunicación empezamos a darle visibilidad. Peleando por algo muy sencillo. ¡Peleando por la igualdad!”. Lo que hay que ver. Josep Pedrerol, que ha permitido que en su Chiringuito los tertulianos mandaran a la cocina a las tertulianas sin echarles del plató, que tampoco los echó cuando afirmaron que ellas no entienden de fútbol, que convirtió el acto de machismo en parte del espectáculo, que sigue perpetuando los estereotipos de género más caducos en el periodismo televisado, el que hacía que Lara Álvarez bailara al final de Jugones, el que ha llevado a cabo el cásting de azafatas de tertulia más bochornoso y machista de la historia de la tele moderna, ahora, desde su púlpito de la demagogia, nos habla de la lucha por la igualdad en la que él debe creerse que participa. Cuánto hipócrita