A la estela de Carlos
MD compite contra el piloto de McLaren en su pista de karting de Las Rozas
Semana tras semana, periodistas del mundo del motor tienen la difícil tarea de meterse en la cabeza de los pilotos de F1, entender cómo se sienten en cada momento y valorar sus acciones en pista. Y para ponerse en la piel de todos ellos, es esencial experimentar sensaciones parecidas. No, no pretendemos pilotar un F1. Basta con aceptar el ejercicio que Carlos Sainz propuso a MD y a gran parte de la prensa española que sigue de cerca al madrileño en el ‘Gran Circo’. “¿Os atrevéis a competir en una carrera de karts con Carlos?”. La respuesta solo podía ser afirmativa. De esta forma, ayer MD acudió a un acto que el piloto pretende que “se convierta en una tradición” en un futuro, el primer Gran Premio Carlos Sainz Estrella Galicia
El madrileño se divirtió de lo lindo adelantando a la prensa española
0,0, celebrado en el Carlos Sainz Center de Las Rozas (Madrid).
“Tras el final de la temporada, estos días aprovecho para organizar un poco mi vida. Por eso hago esta carrera. Es un día para pasar un buen rato entre amigos”, explicaba el piloto a la prensa presente, remarcando las ganas que tenía de disfrutar de una jornada divertida con aquellos que informan de su día a día en la máxima competición del automovilismo Mundial. Aunque rápidamente salió su gen competitivo avisando de que pese a que arrancaría último en todas las tandas, se encargaría de ponerle ‘picante’ al asunto jugando con algunos ‘toques’ a los periodistas más espabilados con el volante.
MD pudo estar entre ellos, pero le tocó vivir una jornada de mala suerte que sirvió para hacerse una idea del o que le debe pasar por la cabeza a Carlos cuando su equipo falla en la estrategia o cuando le toca pilotar un coche que no da para más. Tras demostrar el pasado invierno un gran nivel ante Dani Juncadella en un acto similar, esta vez a MD le tocaba aprender lo que era sufrir, con un kart que se veía superado por todos en recta de igual forma que lo hacía el McLaren de Fernando Alonso en los últimos cursos. Incluso nos afectó la moral. “¿Nos hemos olvidado de pilotar?”, nos preguntábamos. Pero fue cambiar de kart para la final de consolación y las dudas desaparecieron, firmando el tercer me- jor tiempo del día hasta entonces, solo por detrás de Sainz y a poco del gran ganador de la jornada, el ana- lista de F1 Albert Fàbrega, el más ve- loz sin duda.
Ahí entendimos lo difícil que debe ser para un piloto el saber que tiene potencial para estar más arriba y no tener coche para ello, lo mismo que vivió el asturiano en 2018 o el madri- leño con un Renault de mitad de ta- bla esta campaña. Pero sobre todo, recordamos lo extremadamente di- fícil que es su trabajo. Tras cada vuelta, el reloj se pone a cero y olvida los tiempos anteriores. Y los pilotos deben repetirlo una y otra vez. Y eso, son palabras todavía más mayores. Tratamos de perseguir a Carlos durante unos instantes, pero en un abrir y cerrar de ojos, yendo a medio gas, se escapó. Honor enorme el po- der aprender a su estela. Pero si algo corroboramos es que escribir se nos da mucho mejor. Como se suele de- cir, ¡zapatero, a sus zapatos!