Jornada de reflexión rojiblanca
Las elecciones a la presidencia llegan con los puntos de fricción cada vez más evidentes e incluso con faltas de respeto
El Athletic tendrá este jueves nuevo presidente, el trigésimosegundo de su centenaria historia. La elección del nuevo máximo responsable de la entidad rojiblanca se produce en una coyuntura un tanto complicada para el primer equipo bilbaíno. Los leones figuran en decimoséptima posición de la tabla con un punto más que el Villarreal, el tercero por la cola pero con un partido menos.
En medio de este inquietante panorama deportivo surgen los comicios al sillón de Ibaigane. Una llamada a urnas a los socios con dos candidatos pugnando por el cargo tras un periodo en el que llegó a parecer que no iba a haber ninguno. Curioso proceso, por cierto, el seguido por ambos candidatos hasta decidirse a dar el paso definitivo.
Alberto Uribe-Echevarría no fue la primera alternativa manejada por la llamada plancha continuista para reemplazar a Josu Urrutia. Javi Aldazabal estaba llamado a dar el paso, pero finalmente renunció a tal posibilidad. Su compañero de junta José Ángel Corres también tuvo una oferta para ser el sustituto de Urrutia, pero rechazó la misma. Entre una y otra alternativa, por cierto, se tocó a otra persona con pasado en el Athletic de Bilbao de cuya amistad presume hasta el propio Aitor Elizegi.
El cocinero santutxutarra, por su parte, dijo primero sí, luego se echó para atrás y poco más tarde saltó a la arena electoral. Ayer mismo, su candidatura presentó a Rafa Alkorta y Andoni Aiarza como dos homAmorrortu, bres de peso para sus planes en Lezama y el fútbol de cantera. A ambos exrojiblancos, curiosamente, se les había asociado tiempo atrás con José Antonio Jainaga, presidente de Sidenor, quien meses antes había mostrado públicamente su intención de ser presidente del Athletic algún día.
Entrenador interino
El primer equipo rojiblanco, mientras tanto, tiene en su banquillo a un entrenador interino. El club, con el consentimiento de los responsables de la Comisión Gestora y del propio tras proceder a la destitución de Berizzo decidió subir a Gaizka Garitano, junto a su inseparable Patxi Ferreira, del Bilbao Athletic al Athletic. El propio técnico deriotarra dejó claro desde un primer momento que su estancia en el banquillo de San Mamés tenía plazo fijo de partida: los cuatro últimos encuentros de 2018. A tenor de lo escuchado a lo largo de la campaña electoral, ambos parecen dispuestos a dar continuidad al trabajo de Garitano; aunque en fútbol las sorpresas están al orden del día.
¿Y si hubiese salido mal?
La pregunta que surge al respecto es qué hubiese sido de estos dos técnicos, también del entrenador de porteros Aitor Iru, caso de que su salto provisional al Athletic se hubiese saldado con resultados negativos. ¿El nuevo presidente hubiese apostado por traer a otro entrenador? ¿El hasta entonces cuerpo técnico del filial tendría que ser despedido al haber sido cubiertos sus puestos y no haber dado la talla en estos cuatro últimos encuentros de 2018?
La situación en torno al club rojiblanco es confusa a todas luces. Inexplicable desde muchos ámbitos. Inaceptable, incluso.
Parece mentira que jugándose lo que se está jugando el club rojiblanco en Primera División hayan tenido que celebrarse en plena temporada unas elecciones a la presidencia. Una vez que el balón echa a rodar, ninguno de los contendientes quiere perder el partido. Tanto Elizegi como Uribe-Echevarría, bajo tal perspectiva, están jugando sus bazas de cara a convertirse mañana en el nuevo máximo responsable de la entidad de Ibaigane.
Ya ha habido algunos puntos de fricción entre ambas alternativas. Lezama, ha dado lugar a dos tipos de visiones claramemente diferenciadas. Las discrepancias al respecto resultan evidentes