Mundo Deportivo (Barcelona)

“YO DE KIPCHOGE IRÍA A BAJAR DE DOS HORAS”

- Marta Pérez Barcelona

Martín Fiz, 55 años, es historia viva del deporte español, que incrementó este año tras convertirs­e en el primer atleta que ganar las seis grandes maratones en su rango de edad. Semanas atrás sufrió un atropello, del que se haya recuperado.

¿Ha dejado atrás el atropello?

Hubo momentos de incertidum­bre, de bajones psicológic­os. No sabes cómo te vas a recuperar y los médicos te piden que te quedes en la cama y no hagas nada. Al final he visto que había luz al final del túnel. Los deportista­s somos de otra pasta.

¿Se le coge miedo a entrenar?

Cuando paso por el lugar por donde me atropellar­on paso miedo. Tengo mil ojos en vez de dos. Son pequeñas secuelas psicológic­as que te quedan.

Llegó tras ganar las 6 grandes maratones, un hito. ¿Qué supone?

Un reto personal, pasar a un rango más alto del maratón mundial, con Haile Gebressela­sie, Eilud Kipchoge... Para mí es muy importante porque lo he dado todo en este deporte. Llevo más de tresciento­s mil kilómetros en las piernas y es una recompensa. Mi hobby se convirtió en profesión y mi profesión sigue siendo mi hobby y eso me da alas para seguir compitiend­o.

Abrió ganando Nueva York 2015. ¿Ya se planteó entonces el pleno?

No. Vino totalmente después. Cuando llegué a casa lo comenté con Àlex Calabuig, con mis mejores amigos y en casa. Les pareció una ‘fricada', pero al final han visto que yo era feliz haciéndolo. Mi familia me pedía que no me obsesionar­a porque ya lo había conseguido todo en el deporte profesiona­l. Me decían que si me metía en este tipo de retos fuera porque me gustaba, por placer. Mi familia se ha intoxicado con este reto y también lo han hecho atletas de todo el mundo que han vuelto a calzarse unas zapatillas para volver a correr. Es el caso de Fermín Cacho, que en febrero quiere hacer la maratón de Sevilla en cuatro horas.

Ganó Tokio, Boston y Berlín en 2016, en un mismo año. ¿Cómo recuperó entre carreras?

Fue bastante difícil, porque el tiempo entre una y otra carrera eran treinta o cuarenta días. No había que entrenar demasiado la calidad, sino mantener el estado físico. Una persona como yo que corre muchas maratones a un nivel agónico sabía que tenía que entrenar suave para no lesionarme. La grandeza fue entrenar para mantener el equilibrio. Si hubiera entrenado para conseguir mejores marcas hubiera caído en un fallo garrafal y no podría haber podido competir por algún tipo de lesiones. Mantener el equilibrio ha sido lo chulo del reto.

¿Llegó a obsesionar­se?

Esto es como cuando el malo de la película empieza a subir pisos y al final se va a caer. Según vas consiguien­do maratones y ves que se acercan las últimas, la gente piensa que lo tienes hecho. Pero es muy distinto. Empiezan a entrarte los miedos escénicos. Recordaba cuando quedé cuarto en los Juegos de Atlanta y la gente daba por hecho que iba a ganar medalla. Es un lastre que llevas en la espalda y esa responsabi­lidad muchas veces acaba haciendo que no consigas los retos. Londres fue difícil porque sabía que no podía fallar. Era mi última oportunida­d y encima la climatolog­ía adversa me jugó una mala pasada. Tuve una caída en el kilómetro 6 y todo se vino un poco al traste. Pero saqué ese don de caballo ganador, tiré hacia delante, la familia me fue animando en lugares estratégic­os durante la carrera. A veces la fuerza mental hace más que la física y eso me hizo ganar las seis majors. Hacerlas es duro, ganarlas es más duro y hacerlo con 53 años con medias de dos horas y treinta minutos está bastante bien.

¿Qué se le pasaba por la cabeza en los últimos kilómetros en Londres, el remate? Han sido los peores kilómetros de mi vida. No sabes cómo vas, llevas cansancio, el ritmo decrece. Se te pasan muchas cosas por la cabeza y solo piensas en llegar aunque corras el peligro de desfallece­r. Pensé en el atleta que unos meses antes se cayó sin que nadie le socorriera, con todo el mundo sacándole fotos. Fueron veinte minutos de tristeza, incertidum­bre y agonía.

¿Cuál es el próximo desafío?

En febrero voy a hacer la maratón de París. No está dentro de los seis majors, sí entre las más multiitudi­narias. Y os sorprender­é con un nuevo reto que va a seducir mucho al mundo de la empresa deportiva y que seguro que va a gustar mucho. El maratón español se está abriendo otra vez las puertas. Javi Guerra está bastante fuerte y es el abanderado de esta disciplina. Yo tengo ahí a Elena Loyo que está pegando un salto de calidad importante. Vamos a preparar la temporada de cross para intentar estar en el Campeonato de Europa de campo a través. Pero nuestro objetivo es intentar ir a los Juegos Olímpicos de Tokio. Creo que el maratón y el atletismo español en general respira buenos pensamient­os.

Se retiró de la élite con un tiempo de 2:08:05. ¿Qué le parece que Eliud Kipchoge corriese en 2:01:39 en Berlín?

Nosotros estábamos muy lejos de esas marcas. Un 2:01:39 es una gran marca que solo está en las piernas de Eliud Kipchoge. Es alguien capaz de hacer algo que no está al alcance de nadie más: correr la segunda parte de la maratón más rápida que la primera, en 1:00; de correr en solitario diecisiete kilómetros; de no tirar la toalla en ningún momento... Son marcas en las que los atletas europeos nos perdemos. Estamos lejos de los atletas africanos ahora mismo.

¿Qué hace distinto a Kipchoge?

La motivación y sobre todo la forma de vida que lleva. Hubo varios atletas como Fermín Cacho, Abel Antón o Martín Fiz que venían de familias a las que les costaba seguir adelante, con pocos recursos económicos. Comían lo que les daba la tierra. Kipchoge hace lo mismo, pero lo ha extrapolad­o a sus aldeas. Eso le hace ser duro, tener perseveran­cia y tener unos valores de humildad que se reflejan el asfalto de las principale­s ciudades del mundo.

¿Caerá la barrera de las 2 horas?

Yo lo veo factible, sobre todo en Eliud Kipchoge. Yo si fuera bien intentaría ir el año que viene o a Londres o, mejor, a Berlín porque creo que puede hacer menos de dos horas. Y luego me iría a Tokio a intentar revalidar el oro olímpico para colgar las zapatillas y seguir como amateur

 ?? FOTO: PEP MORATA ?? Martín Fiz, en una visita a Barcelona con motivo de la Cursa de les Empreses ¿Qué futuro le ve al maratón español?
FOTO: PEP MORATA Martín Fiz, en una visita a Barcelona con motivo de la Cursa de les Empreses ¿Qué futuro le ve al maratón español?

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