Comiéndose el mundo con las manos
Llovera lleva casi 30 años desarrollando un sistema que ha permitido volver a conducir a muchas personas
Albert Llovera (Andorra, 1966) a los 17 años era una joven promesa del esquí y participó en los XIV Juegos Olímpicos de Invierno. Un año más tarde, su sueño se truncó con un accidente en la Copa de Europa que le originó una lesión medular que le impide moverse de pecho hacia abajo. Lejos de derrumbarse, su positivismo y enormes ganas le hicieron reinventarse y ir a por otro sueño, el de convertirse en piloto. Y tras mucha insistencia y un incesante trabajo, consiguió derribar el muro que le impedía competir. “Pensaba que viviría de mis piernas y ahora vivo de mis manos”, reconocía hace meses a MD. Pero con ello, logró algo mucho más importante, ser un pionero, un espejo para todos aquellos que sufren alguna discapacidad y que ven en Llovera una inspiración para competir. Y no solo eso, gracias a su labor, ha sido una pieza clave para que mucha gente discapacitada que hace unos años no podían conducir por la calle, puedan hacerlo gracias a sus avances.
En 1989, empezó a competir con un acelerador encima de su volante y un freno a la derecha, un sistema que rápidamente vio que tenía que mejorar. “Llegaba a una curva en cuarta, frenaba, dejaba el freno, ponía tercera, volvía a frenar, ponía segunda...”, y así era muy difícil ser competitivo, comenta MD Albert, casi 30 años después. Dos cursos más tarde, en 1991 “hubo un cambio radical”, recuerda. Albert pasó a los circuitos con Renault para competir en el Campeonato de España con un Clio 16V. “¿Dónde se adelanta en los circuitos? en las frenadas. Así que cambiamos el sistema y montamos una palanca en la mano izquierda con forma de L que me permitía frenar con la mano izquierda y con la derecha reducir con el cambio a la vez”. Gran avance, pero que todavía tenía que mejorar debido a que solo le permitía frenar en línea recta, ya que mientras giraba, la palanca de freno quedaba fuera de su alcance. “Así, convertimos esta L en un cuarto de volante, y luego, la mitad del volante”. Pero seguía sin bastar, y el movimiento definitivo lo realizó junto a Citroën, quienes al principio veían imposible que pudiera ser uno de los 25 pilotos de la nueva Copa Citroen ZX. Pero al ver las maravillas de Llovera al volante de un Clio en la última prueba, le dijeron que se buscara patrocinadores porque un coche sería para él.
“Pasé 6 años con Citroën y en el segundo estuve en el equipo de Zanini. Con él y Guidosimplex le montamos un cojinete al freno de atrás (un aro completo) que gira independientemente del volante. Es una diferencia abismal a hacerlo fijo”. Así, con la mano izquierda podía aguantar el volante y con dos dedos frenar también en plena curva, con la derecha podía apoyarse en el cambio y hacer freno motor y con el pulgar, podía hacer el doble embrague. Y a partir de ahí, a volar.
En todos estos años también ha realizado mejoras increíbles en el sistema de embrague, como el que monta en su coche de RallyCross, instalando una palanca en el cambio que activa con el dedo meñique para no perder tiempo en las salidas. Ideó un embrague y acelerador electrónicos que fueron absolutamente vitales para las gente de la calle. Y gracias a ello, puede gritar a los cuatro vientos que “todo aquel que sufre una distrofia en los dedos o una tetraplejia que no sea muy severa, puede volver a conducir”.
Y no solo eso, ha hecho que estas ayudas sean mucho más accesibles económicamente para todos. Por ejemplo, el aro que ideó para acelerar permite que “no tengas que cambiar los airbags originales ni los botones del volante de serie”.
Albert fue una de los pilares de la reunión que se realizó en París para la creación de Comisión de Discapacidad y Accesibilidad, un proyecto de Jean Todt en el que se pretende establecer unas bases para que los pilotos, en función de su discapacidad, monten un kit concreto, y continuar con la labor formativa que ya ha iniciado Llovera, educando a los comisarios para saber qué hacer en caso de accidente de uno de estos superhéroes
El andorrano consigue ir al límite con su coche controlando todo con sus manos