Sobrados con la cantera
No es extraño que Valverde reciba una buena valoración del socio barcelonista en la encuesta de MD realizada tras ganar al Celta, un día después de que el técnico se defendiera de una de los súbitas calenturas que de vez en cuando le entran a ciertos sectores con la cantera. Valverde es el pivote entre el primer equipo y la cantera y el primero que registra cualquier atisbo de movimiento sísmico. Sabe de los chicos del Barça B, pero al mismo tiempo tiene un compromiso con el socio que es ganar todos los títulos posibles reduciendo al máximo los riesgos. De pronto, parece que el Miniestadi rebosa de prensa fascinada por las promesas pero al mismo tiempo es incapaz de explicar cómo juegan Cuenca, Chumi, Riqui Puig o Busquets. Muchos de los que claman el fichaje de De Jong piden a voz en grito más presencia de canteranos.
ES FÁCIL JUGAR A SER UN ENTRENADOR de salón heroico, pero no cuando el club se juega la Champions o el Atlético y el Madrid pisan los talones en la Liga. Por cierto, bramar que el Barça debe tirar la Copa porque los jóvenes deben foguearse es otra sobrada de moda por mucho que las prioridades sean otras. Lo que hará el ‘Txingurri', y por eso se distingue el Barça, es gestionar un equipo competitivo que lo lleve lo más lejos posible. Valverde debe hacer compatible la entrada de los chicos según su criterio porque es la figura con más riesgo de toda la estructura técnica.
TAMPOCO ES RARO QUE AL SOCIO le entren picores con el retorno del ingrato Ney .Nolo quiere ni ver. No tanto por fintar a Bartomeu, sino porque se siente ultrajado por el egoísmo del brasileño, burlado y le cabrean sus frecuentes piscinazos. Evidentemente, las respuestas no tienen en cuenta que la opinión del vestuario es favorable a su vuelta y en ciertos despachos del club no le cerrarían las puertas. Más comprensible es que Dembélé despierte cierta comprensión. Se asume que Ousmane es un ‘rara avis', un jugador con un talento excepcional que, mientras crece goleando, conlleva dosis de espectáculo