El disparo de Valverde
El técnico del Barça concede su primera entrevista a La Vanguardia para hablar de la fotografía, su gran ‘hobbie'
Ernesto Valverde concedió su primera entrevista desde que se convirtió en entrenador del Barça en verano de 2016. El técnico azulgrana reflexiona sobre la fotografía en La Vanguardia, con Pedro Madueño, jefe de fotografía del diario. El compromiso de la cita, que tuvo lugar en su despacho en la Ciutat Esportiva, era no hablar de fútbol ni de la actualidad, aunque el fútbol acabó colándose.
Valverde se define como fotógrafo. “Soy como entrenador lo mismo que como fotógrafo. Soy muy impaciente, igual demasiado. También soy inconformista con mi trabajo, bueno, digamos que huyo de lo que es demasiado evidente pero no de lo clásico, que ya me parece bien. Quiero que mis fotos no sean muy confortables ni amables. Quiero que mi trabajo sea diferente”, confiesa Valverde, que en 2012 publicó el libro de fotografías “Medio tiempo” prologado por Bernardo Atxaga.
El técnico descubre que su pasión por la fotografía empezó cuando llegó por primera vez a Barcelona siendo muy joven. “Yo tenía claro que quería estudiar fotografía, pero no había escuelas que enseñasen el oficio. Cuando se me abrió un poco el mundo fue cuando llegué a Barcelona. Allí empecé a estudiar fotografía en el Institut d’Estudis Fotogràfics de Catalunya. Dejé la biología, que no me iba mucho, y la electrónica, que ni te cuento”, recuerda.
Valverde ahonda entre el paralelismo de la fotografía y el fútbol. “El fútbol es algo muy importante pero tiene una parte que es un absurdo: hoy parece que se vaya a acabar el mundo y mañana lo tenemos que volver a construir. Hacer una buena fotografía es como ganar un buen partido. Un partidazo, vaya. Ganar un partido es difícil, ¡eh!”, recalca.
El técnico asume que sus fotografías son melancólicas. Siempre dispara en blanco y negro y con carrete que revela él mismo. “Ese momento en el que estás en el laboratorio y hueles a ácido acético, a fijador, al revelador que has mezclado tú mismo en casa… cierras las entradas de luz y pones la bombilla roja, metes el papel en la cubeta y ves salir la imagen, ese momento es una pasada”, relata.
Por último, el entrenador azulgrana habla de la muerte, muy presente en su obra . “No soy muy consciente de eso pero quizás lo haga para remover conciencias. Encuentro que la muerte es fotogénica. La utilizo para dar un golpe en la cara al que las mira. No pienso demasiado en la muerte pero pienso que lo normal es que los hijos entierren a los padres. Tengo tres hijos, así que….”, concluye el técnico extremeño
LA FRASE
Ernesto Valverde Soy como entrenador lo mismo que como fotógrafo. Soy muy impaciente, igual demasiado”