Coutinho, año I
Si hay un futbolista que ha ido de más a menos en este 2018 que hoy despedimos es Philippe Coutinho. El fichaje más caro de la historia del FC Barcelona cierra el año con un bagaje pobre en lo que llevamos de campaña: cinco goles y tres asistencias. Unos registros que no mejora desde el mes de noviembre. Su lesión, sus dificultades para actuar en la demarcación de interior, la explosión de Ousmane Dembélé y la confianza de
Ernesto Valverde en Arturo Vidal como jugador que brinda equilibrio han terminado por relegar al brasileño al papel de secundario de lujo.
Si bien las sensaciones no son buenas hay que recordar que Philippe Coutinho ha sido titular e importante en los encuentros con mejor futbol del Barça este curso. Fue decisivo y abrió la lata en Wembley ante el Tottenham, en el Clásico y contra el Sevilla por entonces líder. Son muchos los jugadores privilegiados que han tenido dificultades para adaptarse al juego del Barça. Thierry Henry confesó recientemente el desafío que le representó. Con 30 años tuvo que ‘volver a aprender a jugar al fútbol'; lo logró y terminó levantando siete títulos como azulgrana.
El francés puede ser una buena inspiración para Coutinho, que necesitará trabajar más para adaptarse a las necesidades tácticas de Valverde. Oportunidades no le faltaran en la ‘cuesta de enero' que debe afrontar ahora el Barça con partidos cada tres días. En Barcelona, Philipe Coutinho es feliz. Peleó mucho por jugar en el Barça, está muy integrado en el vestuario y acaba de ver nacer a su segunda hija. Tiene el talento y la disciplina, ahora sólo falta por ver si será capaz de ganarse un lugar y si puede ‘volver a aprender a jugar al fútbol' en el ecosistema culé