El adiós soñado de Iniesta
La última temporada de Andrés en el Barça antes de ir a Japón fue tan memorable como infinito es su legado futbolístico y humano
Casi 22 años después de llegar a La Masia con solo 12 desde su Fuentealbilla natal, Andrés Iniesta ya empezó la temporada 2017-18 pensando que sería la última. Y qué manera de despedirse de un Barça que se lo ha dado todo y al que él también le ha regalado todo su fútbol y unos valores que son ejemplo para las nuevas generaciones de la cantera barcelonista.
En su última noche en el Camp Nou, tras su partido número 674 como culé, levantó su novena Liga, el 32º título de su carrera como azulgrana siendo el más laureado de la historia del club hasta que Leo Messi se despegó de él con la Supercopa ante el Sevilla en Tánger. En agosto ya estaba Iniesta en Japón dejando boquiabierta a la afición del Vissel Kobe, su club hasta diciembre de 2021, y a las rivales con una elegancia con el balón en los pies difícil de repetir.
Una semana antes de anunciar públicamente su adiós, firmó uno de sus mejores partidos con la camiseta del Barça en la final de Copa del Wanda contra el Sevilla. En aquel 5-0 metió un gol antológico a pase de Messi driblando a David Soria. A dos minutos del final, Valverde le suplió y Andrés llegó al banquillo llorando, como hizo llorar él a muchos culés con su adiós. Memorable será también el aplauso de la afición de Riazor coincidiendo el alirón del Barça con el descenso del Deportivo a Segunda. Iniesta alucinó como en el día de su adiós, con la ‘gent blaugrana’ cantando ese “Andrés Iniesta, lorololololo Andrés Iniesta” que ya es eterno durante los 11 minutos posteriores a su sustitución. Un mito infinito como su 8 en horizontal
Ahora en el Vissel Kobe, llegó con 12 años y dejó el club con 674 partidos y 32 títulos