La temporada casi perfecta del Madrid
Los blancos se llevaron la Liga Endesa y la Euroliga
El fichaje de Tavares y la explosión de Doncic, elementos determinantes
Nada hacía pensar en las primeras semanas de competición que el Real Madrid podría vivir una de las mejores temporadas de su historia. A la prolongada baja de Sergio Llull, lesionado en verano con la selección y fuera de juego hasta la primavera, se unió muy pronto la de Ognjen Kuzmic, KO por por toda la campaña. Y a estos enormes agujeros se unieron otros no tan grandes pero también muy importantes, como los cuatro meses de baja de Ayón por una lesión en un hombro o los diferentes parones por problemas físicos de Randolph, Rudy, Taylor, Maciulis o Campazzo.
Sin embargo, el Real Madrid supo sobreponerse a todas esas dificultades para acabar llevándose la Liga Endesa y la Euroliga. Sólo se le escapó la Copa. Dos elementos resultaron fundamentales. Por un lado, el fichaje de Walter Tavares ante la lesión de Kuzmic, una operación que se reveló como un completo acierto. El gigante caboverdiano de 2,20 dotó al Real Madrid de una nueva dimensión, ofreciéndole nuevas posibilidades en ataque pero, sobre todo, aportando una intimidación defensiva que ha acabado condicionado el juego de casi todos sus rivales. El otro gran asidero del Real Madrid fue la explosión del jovencísimo Luka Doncic, que si bien ya había brillado en campañas anteriores fue ante la ausencia de Llull cuando se echó el equipo a las espaldas y mostró todo su liderazgo.
El equipo blanco arrasó en la Liga Endesa para ganar su tercer título en cuetro años y supo alcanzar su mayor solidez del curso en el playoff y la Final Four de la Euroliga, superando en la final al Fenerbahçe (85-80) para ganar su segunda corona en cuatro años