Un ‘dragón’ en las dunas
Óscar Fuertes afronta su segundo Dakar con Ssangyong tras ser el segundo mejor rookie en 2018
Óscar Fuertes, a sus 43 años, afronta como todo un chaval su segunda participación en el Dakar. Lo hace como aquel niño que por primera vez a los 6 años, en una carrera en el Jarama, se enamoró del motor y se puso como objetivo convertirse en piloto. Lo consiguió. Y ahora la meta es mucho concreta y apasionante. Volverá a Sudamérica al volante de un Ssangyongmuy mejorado y con su compañero de fatigas, su copiloto Diego Vallejos, para confirmar un enorme paso al frente este curso. El campeón de España de Rallies de Tierra (CERT) en 2011 dio el salto a las dunas el pasado año por primera vez y cumplió con creces su objetivo de terminar la carrera más dura del mundo en esta especialidad. “Un sueño tras más de 30 años en las carreras. No se define con otra palabra que no sea pasión por hacerlo y por estar en el lugar donde están los más grandes. Jugar con ellos ha sido un privilegio”, afirmó al terminar el Dakar de 2018 con lágrimas en los ojos, como segundo mejor rookie de dicha edición. Y un año más tarde, vuelve con objetivos mucho más ambiciosos gracias a la enorme apuesta que ha hecho Ssangyong Motorsportcon su nuevo Rexton DKR desarrollado en España.
La palabra Ssangyong tiene su origen en un dragón de dos cabezas, y esta vez, el fabricante de coches más antiguo de Corea ha creado “un dragón que tiene más alma, más alas y más corazón que el año pasado”, como apuntó Fuertes en conversación con MD“Tenemos un Dragón que vuela por las dunas”, añadía, destacando que se trata de un coche mucho más ligero (ha bajado en orden de marcha unos 200 kg), tiene más motor, más corazón y más potencia y está mucho más cuidada la refrigeración y la aerodinámica. Es un coche más corto de delante que el del año pasado y te permite tener un ángulo de ataque a las dunas brutal. Podemos afrontar una duna con un ángulo increíble. Si tuviéramos una pared delante casi la podríamos atacar. Es un salto muy grande”, añadió, mostrándose seguro de que podrá pelear por estar en el top 20 de la general.
“Tenemos que mejorar. Estuvimos el año pasado rondando el puesto 20 y yo creo que deberíamos intentar acabar por debajo de eso”. Como todo animal, tiene que tener alma, y esa la aporta su compañero, Diego Vallejo. “El copiloto en el Dakares la clave y Diegoes el alma del dragón. Es primordial no solo para ganar o perder una carrera, sino también para afrontar los retos y problemas con cabeza. Diegotiene un corazón espectacular pero una cabeza muy bien amueblada y sabe leer muy bien las dificultades y dar soluciones correctas en el momento correcto”, explica.
Pero sin duda hay otro copiloto que le marcó profesionalmente, Lucas Cruz, bicampeón del Dakar con Carlos Sainz. Ambos se iniciaron en la academia de promesas del madrileño formando una tripulación de mucho futuro. Óscar pilotaba a los 22 años un Seat Ibiza junto a Lucas en el CERT(Tierra) y el CERA(asfalto), y 20 años después, “él copilota a su jefe” y ‘Oscarpodrá verlo muy de cerca, como ya hizo el pasado curso. Corrieron tres años juntos y forjaron una gran amistad. Con los años, Lucasse hizo grande en los raids, y en 2011, cuando su amigo levantó el título nacional de tierra, lo animó a cambiar. “Tenía previsto colgar un poco el casco, pero aquí estoy”, recuerda el madrileño, que desde entonces empujó en esa dirección y encontró en Ssangyongsu mayor tesoro. “Lucas me dijo que podía vivir una segunda juventud en los raids”. Y no se equivocó.
Óscar fue compañero de Lucas Cruz en sus inicios y éste le dijo que probara los raids