Mejora el panorama esquiable
La bajada de las temperaturas permite el trabajo de los cañones
Con el cambio de calendario mejoran las condiciones de nieve en las estaciones. No es que se anuncie la llegada de abundantes precipitaciones en forma de nieve –tal como por ejemplo está ocurriendo en Austria y Francia–, pero sí que está prevista, de hecho ya ha empezado, una baja- da generalizada de las temperaturas, lo que es sinónimo que los cañones de nieve pueden, en teoría, empezar a trabajar a destajo, para acumular el espesor óptimo esquiable en el mayor espacio del dominio de la estación. A día de hoy, todas las estaciones de esquí alpino disponen de la red más potente de cañones de nieve que pueden permi- tirse, lo que no puede decirse de los centros nórdicos, lo que impide a las estaciones de fondo abrir sus circuitos de esquí marcados cuando las condiciones se lo permitirían si dispusieran de una óptima red de innivación artificial.
Los cañones de nieve en las estaciones de esquí empezaron a utilizarse en los Estados Unidos en la década de los 50, y en España el primer cañón experimental se instaló en Vallter, mientras que la primera red de nieve producida artificialmente se puso en marcha en La Molina; ambos en la década de 1980. Gracias a ello los centros invernales puedan ‘salvar’ muchas temporadas. La nevada inicial de esta campaña no presagiaba un invierno seco, aunque el panorama empieza a cambiar, al menos respecto al frío.
“Hemos tenido dos nevadas que han dejado unos 90 cm”, apunta a MDEnricSerra,directordeVallter. La estación tiene una red de 92 cañones y para que trabajen bien se necesitan bajas temperaturas y poca humedad, de cuya combinación se logra una producción mayor o menor, en una regla en la que la ecuación perfecta es que a menor temperatura mayor calidad de nieve. Con una temperatura húmeda de -5ºC, un cañón de baja presión ‘lanza’ de 8 a 9 m3 de agua por hora, con la presencia casi masiva de los cañones de alta presión, más eficaces y ecológicos.
Normalmente, los cañones se activan de noche, ya que las condiciones de frío son mejores y suponen un ahorro energético notable, aunque en ocasiones se activan en la jornada de esquí. Después, llegan las máquinas pisa nieve para dejar el estado de las pistas impecable