Espléndida serenidad
Lo mejor del fastuoso partido del Barça en Madrid fue la tranquilidad con que jugaron durante todo el tiempo, como si estuviesen convencidos que iban a ganar de todas formas. Incluso en el primer tiempo de supuesto dominio del Madrid, el Barça jugó con la tranquilidad del que se sabe mejor y que es cosa de tiempo resolver con goles, como así fue. Bien por fin Ernesto Valverde, que abandonó su dañina manía de Sergi Roberto lateral y lo puso donde sabe jugar, que es en el centro del campo. Semedo es veinte veces mejor lateral que él. Yo creo que la serenidad de gran equipo que emana del Barça se basa en Ter Stegen, claro, Piqué, Busquets y Rakitic, aparte de Messi.
En Madrid ni siquiera tuvieron que parar a Messi, pero se colocaron en función del astro argentino y los otros, Luis Suárez y
Dembélé, les hicieron el roto. Insisto que hay que ser muy bueno para estar tan seguro y jugar con ese temple. Piqué lo llamó inercia: “Hemos ganado por inercia”. La inercia es una fuerza imparable si no se aplica otra fuerza igual contraria. Y el Madrid no la tiene. Pese a lo que deliran la prensa y la televisión de allí, el Madrid es un mediocre equipo que gana los partidos por los árbitros, las agresiones de Sergio
Ramos (véase Salah )olas casualidades. Vinicius es bueno, pero no tiene gol, es lo que le pasaba a Iniesta. Otros lo han de meter y en los otros no está Cristiano
Ronaldo. Malos tiempos para el Madrid