“EL BARÇA ESTÁ MUY FUERTE”
Rodrigo Corrales, de 28 años, vino al Barça con 15 porque vieron en él a una perla de futuro, caso parecido al del toledano Gonzalo Pérez de Vargas. Ambos se formaron en la cantera azulgrana, pero el gallego aceptó la oferta del PSG para unirse al club con mayor presupuesto del mundo y la plantilla más fastuosa que aún busca su primera Champions. PSG y Barça han acabado la liguilla como primeros de sus grupos y son favoritos al título.
¿Se lo pensó mucho cuando el Barça vino por usted con 15 años?
No lo pensé nada. Fue un cambio impactante, pero no me costó. Con 15 años no esperas un cambio de vida tan drástico, pero entonces no había nada que pensar: juegas para estar en un club con mucha exigencia y valores muy importantes. El Barça siempre me ha tratado muy bien y ahí he aprendido muchas cosas. Me han formado muy bien. Soy como persona y jugador en parte por lo que viví en Barcelona. Siempre tendré un buen recuerdo de esa etapa y estaré agradecido.
¿El cambio fue mayor al ir a Polonia a jugar con el Orlen Wisla Plock?
Sí, puede ser, aunque no soy persona que le cueste adaptarse, la ilusión que me generan los cambios me hace disfrutarlos. Ir a Polonia parecía un cambio drástico de país, idioma y cultura, pero ya tenía 23 años e intenté integrarme lo antes posible. Desde el primer día en Barcelona aprendí catalán y allí estudié polaco. Es complicado cuando llegas, pero luego todo fue rodado. Maduré en todos los aspectos.
El Barça le quería luego para formar pareja de futuro con Gonzalo, pero eligió la oferta del PSG. ¿Por qué?
El interés de los dos clubs fue un orgullo, pero difícil por la decisión. Vi que el PSG era mejor sitio para lograr mayor rendimiento y encajar mejor, por su proyecto, las sensaciones que me transmitieron. No fue por temas económicos ni cosas extrañas. No me considero un traidor porque son etapas distintas y hay otros factores que influyen. Viví en el Barça una etapa fantástica, pero la vida y las situaciones cambian. Tengo la conciencia tranquila. Puse todo en una balanza y elegí París porque vi que me podía sentir más cómodo y realizado, y con eso no quiero decir que fuera a estar mal en Barcelona.
¿Le dio miedo compartir portería con un Gonzalo ya consagrado?
No. También podía aprender mucho de él. Gonzalo habría tenido un papel más asentado, pero juntos nos hemos compenetrado bien y conseguido grandes resultados por la confianza mutua. El calendario es tan exigente que es imposible rendir siempre a un nivel óptimo y hay oportunidades para todos. Con ‘Gonchi' tenemos una relación espectacular y me siento muy cómodo compartiendo portería con él en la selección. Nos deseamos lo mejor y nos alegramos de nuestros éxitos.
¿El PSG puede marcar una época?
¡Eso espero, ojalá! Espero que pueda marcar una época. Tiene un proyecto buenísimo con jugadores que son referentes mundiales para conseguir grandes cosas. Pero con la exigencia actual, en un partido cualquiera te puede ganar. En la Final Four te juegas la temporada en 48 horas contra rivales muy duros y se trata de estar bien ese fin de semana. El PSG tiene un proyecto para superar esas circunstancias, pero no es tan fácil como parece sobre el papel. ¿Considera a Nikola Karabatic el mejor jugador de la historia?
Sí, lo catalogaría así. Es un líder, un todoterreno, ataca y defiende de ‘10' y eso es muy complicado, marca las diferencias en las dos facetas. No hay nadie tan completo como él y, además, da confianza. Es un orgullo jugar con él. Es muy comunicativo y se interesa por los demás. Es un líder, pero una persona muy simple que se preocupa de que todos estemos bien, lo que habla muy bien de cómo es como persona.
¿Qué aprende al lado de Omeyer?
Las ganas de competir. Tiene mucha hambre por ganar aunque tenga 42 años y eso nos lo contagia a todos. Ha ganado muchísimas cosas, sabe cómo afrontar cada partido y tener alguien así al lado te aporta muchas cosas. Tendrá algo diferente al resto si ha estado tantos años a este nivel. Para todos los porteros es uno de los grandes ejemplos a seguir, se ha ganado la admiración de todos. Comparto habitación con él y es un gran compañero. Es tranquilo, comunicativo, puedes hablar con él de cualquier cosa. Somos amigos.
¿Quién es el más chulo en ese vestuario repleto de estrellas?
Es un vestuario muy comprometido con mucha hambre de ganar. La gente es inteligente y, con la calidad del equipo, sabe que cuanto más unidos mejor para el equipo. Llevo casi dos años en París y nunca he visto un problema. Hay un ambiente idóneo, hacemos cosas fuera de la pista. Es un equipo de grandes estrellas, pero es un vestuario muy humilde con un objetivo común: ganar.
En verano llegó Viran Morros.
Viran ha dejado un legado y un gran recuerdo en Barcelona. Aporta mucho en defensa, tiene mucha calidad y se ha integrado muy bien. Es una persona muy abierta y amigable. Estoy muy contento de que esté conmigo y con todos. Es un ganador y hace grupo.
¿Qué le parece el Barça actual?
Está muy bien, muy fuerte en la Champions, con mucha confianza. Seguro que será un rival muy complicado a batir si coincidimos en la Final Four. Es uno de los favoritos para ganar la Champions. Muy sólido.
Por clubs o selecciones, juegan constantemente contra amigos.
En la pista no hay amigos, cada uno defiende sus intereses, pero después todo queda olvidado y seguimos siendo tan amigos. Son partidos especiales por esa relación afectiva. Todos tenemos unas ganas tremendas de ganar. Los partidos no dejan de ser efímeros y tienes nuevas oportunidades, pero es mejor que caigan de tu lado porque así después es más fácil hacer tú bromas que encajar las que te hagan a ti.
¿Con qué sueña en el balonmano?
Tengo muchos sueños. Lo primero es hacer lo que me gusta y disfrutar con el balonmano. Vivir unos Juegos es lo que más ilusión me hace, ya no te digo si ganas el oro, sería la leche. En clubs, ganar la Champions, no hay color, es la competición más importante, sería una recompensa al trabajo, espectacular