Una liga bajo la bandera de la desunión
Tonga, Samoa y Fiji, excluidas de la nueva Liga Mundial de rugby, amenazan con boicotear la Copa del Mundo de Japón
El planeta rugby tiene una parada fundamental este año: la Copa del Mundo de Japón que arrancará el 20 de septiembre. Se espera que las principales potencias de cada una de las confederaciones estén presentes en la cita, aunque hay una que podría tener bajas significativas, la de Oceanía. El proyecto de Liga Mundial de la Federación Internacional de Rugby ha causado la indignación de países importantes para el desarrollo del deporte en la zona, como Tonga, Samoa y Fiji.
La Federación Internacional ha propuesto el desarrollo de una Liga Mundial prevista para 2020 y que cuenta con un cupo cerrado de doce selecciones en función de su nivel: las seis del Torneo de las Seis Naciones (Inglaterra, Irlanda, Escocia, Gales, Italia y Francia), las cuatro del Rugby Championship (Nueva Zelanda, Australia, Sudáfrica y Argentina) y dos países con mercado importante como Japón y Estados Unidos. La presencia de estos dos últimos se vincula más a la política de difusión del rugby de la Federación Internacional, lo que ha contribuido a ampliar el enfado de varios de los equipos que se han quedado fuera.
Al frente de ellos están selecciones de pequeñas zonas de Oceanía con gran tradición en el rugby, como Samoa, Fiji y Tonga. Como Estados Unidos y Japón, tuvieron un discreto papel en la última Copa del Mundo. Pero, a diferencia de ellos, no disponen de una gran fortaleza económica. Su argumento es claro: sin la posibilidad de competir contra los mejores países no puede crecer su nivel. Su amenaza, también: si no son válidos para disputar la nueva competición, no están dispuestos a serlo para participar en la Copa del Mundo de Japón, sobre la que mantienen una amenaza de boicot.
El problema no es solamente que ahora mismo están excluidos para la edición de 2020, sino que la nueva Liga Mundial se ha creado con un largo plazo que establece que no podrán jugarla en al menos los próximos doce años.“Esta competición será un desastre 2.0 para el rugby del Pacífico”, ha lamentado el exjugador samoano Daniel Leo.
La nueva Liga Mundial no solamente supone para estos países la exclusión del grupo de élite del rugby mundial, sino la incapacidad para progresar a nivel internacional. Por supuesto, también el hecho de no poder optar a los beneficios económicos que se deriven de la competición, los cuales les ayudarían a seguir progresando.
La Internacional se lo replantea
Han sido tan feroces las críticas a la Federación Internacional de Rugby en los últimos días que el máximo organismo mundial ha abierto las puertas a variar su postura. “Vamos a reconsiderar la manera de organizar la competición”, ha explicado el portavoz de la Federación Internacional Bill Beaumont, antiguo capitán de Inglaterra. Es más, ya no se habla de formato cerrado, sino de necesidad de consenso para establecerlo. Esta vía puede abrir las puertas a los países oceánicos excluidos, así como a otros con margen de progresión en Europa, como el caso de Georgia.
Ya hay quien ha llegado más lejos a la hora de hablar de criterios objetivos de clasificación. “La participación podría determinarse por las posiciones en el ranking en un momento dado; no creamos la competición para excluir a las selecciones del Pacífico”, explicaba este fin de semana Brett Gosper, director general de la Federación Internacional. Incluso daba un paso más. “Puede que se unan dos países más a la competición. Saldrían de entre los equipos emergentes y lograrían la plaza desde una competición de segundo nivel que ofrecería más posibilidades a nivel profesional a los jugadores y a nivel económico a las federaciones”, afirmaba.
La del cupo cerrado de participantes es, sin duda, la polémica más significativa que rodea a la nueva competición, pero no la única. La elección de fechas para su disputa (está pensada para 2020, pero no hay días exactos) es una más. Además, los países punteros también tienen sus dudas: hay quienes temen que acabe siendo una Copa del Mundo a pequeña escala que devalúe la importancia de una de las competiciones más representativas del rugby. Serán, en definitiva, muchos los aspectos que deba pulir en los próximos meses la Federación Internacional de cara a una Liga Mundial que, lejos de provocar unidad, está llevando la desunión por bandera
La Liga Mundial cuenta con cupos fijos de participación, lo cual no ha agradado a varios países excluidos
Tonga, Samoa y Fiji lideran una rebelión que está creando dudas a la Federación Internacional