El Sevilla, obligado a espantar la crisis
Los de Pablo Machín se aferran a su fortaleza en Europa para despejar dudas tras una nefasta racha liguera que ha llevado los nervios al club
El Sevilla necesita sacudirse la crisis en la que ha entrado y la visita del Slavia de Praga en la ida de los octavos de final de la Europa League es la primera de las dos finales que tiene el equipo de Pablo Machín en una semana en la que todas las miradas se centran en el entrenador soriano. La pésima racha en la Liga, con 6 puntos de 30 disputados y la última derrota ante el colista, el Huesca, ha desatado los nervios en la institución nervionense, que tiene la esperanza de que la competición europea, en la que su trayectoria goza de buena salud, sirva de bálsamo y tranquilice las aguas de cara al choque de este fin de semana ante la Real Sociedad.
Esa es la esperanza. Además, en el Sánchez Pizjuán los blanquirrojos han demostrado una firmeza demoledora. 24 goles a favor y uno solo en conta, y goleadas como las que recibieron el Standard de Lieja o el Akhisarspor turco son la referencia positiva, así como la eliminatoria superada en dieciseisavos ante la Lazio, aunque los profesionales saben que el Slavia, líder de su liga, va a plantar cara con un equipo muy físico, de mucha pelea y juego aéreo.
Machín ha avisado de lo que hizo el Ajax en el mismísimo Bernabéu y ha asegurado que tanto él como sus jugadores se sienten con fuerza para salir del bache, poniendo la primera pica en un torneo en la que el Sevilla es el gran dominador y favorito con cinco títulos logrados.
Franco Vázquez es baja por sanción tras ser expulsado en el último duelo ante el Lazio, mientras la duda es si Machín seguirá usando su defensa de tres o volverá a la zaga de cuatro que tan buen resultado le dio en el primer tiempo en su duelo liguero ante el Barça.
Los checos llegan en una excelente racha de victorias, mandando en su liga con tres puntos sobre el Plzen y con la moral por las nubes tras el 1-4 con que sorprendió al Genk belga en la anterior eliminatoria. Aparte, saben que el ambiente y los nervios de la grada pueden jugar a favor de sus intereses