Korda para rato
Las dos hijas del tenista campeón son golfistas profesionales y el hijo sigue sus pasos
Hay decenas de casos en los que dos hermanos de una misma familia han competido al más alto nivel con éxito, sea o no siguiendo el camino de una madre o un padre campeón. Las hermanas Serena y Venus Williams, ambas tenistas, ex números 1 del mundo, son uno de los ejemplos más abrumadores, pero hay muchísimos más: PauMarc Gasol (basket), Bob-Mike Bryan (tenis), Eli-Peyton Manning (fútbol americano), AlbertoRaúl Entrerríos (balonmano), Marc-Àlex Márquez (motociclismo), Alistair-Jonathan Brownlee (triatlón), Frank-Ronald De Boer (fútbol), Vitali-Wladimir Klitschko
La saga Korda –la madre fue olímpica– riza el rizo sobre el talento de los genes
Nelly y Jessica ya son top-15 mundiales y Sebastian ganó en júniors en Australia
(boxeo) y Michael-Ralf Schumacher (F-1) servirían también para asegurar que, trabajo y determinación al margen, los genes seguramente tienen mucho que decir para explicar esa acumulación de talento deportivo.
En esa realidad, la familia Korda está dando un paso adelante más, hasta el punto de merecer algún día una tesis doctoral, pues sus cinco miembros se han codeado o codean en la élite en dos deportes distintos, el tenis y el golf.
Petr Korda coronó su carrera profesional ganando su 10º y último título ATP en el Open de Australia de 1998, su único Grand Slam, y poco después alcanzó el nº 2 mundial. El checo, ahora de 51 años, se casó con otra tenista profesional, Regina Kordova: sus resultados fueron más modestos, pero fue olímpica en los Juegos de Seúl’88 y llegó al nº 26 mundial en 1991, cuando fue por segunda vez octavofinalista del Open de EE.UU., su ‘techo’ en los ‘majors’.
Lo que hace más especial a la saga es que sus tres hijos también llevan sangre deportiva de primera calidad. De hecho, sus dos hijas golfistas, Jessica (26 años) y Nelly (20), ya son profesionales, el mismo objetivo que tiene Sebastian (18), el hijo pequeño que adquirió notoriedad cuando ganó en 2018 el Open de Australia júnior, allí donde su padre reinó 20 años atrás.
Tanto Jessica (2012) como Nelly, el mes pasado, también han gana- do el Open de Australia de golf, una tradición familiar que los cua- tro celebraron con el mismo gesto icónico del padre, el salto de tije- ras que ilustra este reportaje. “Me siento muy feliz de formar final- mente parte de este club ganador. Quizás hay algo especial en el aire en Australia para nuestra fami- lia”, sonrió Nelly, quien completó ese Grand Slam familiar único.
Nelly, que ocupa el nº 9 mun- dial, posee dos títulos de la LPGA, el mejor circuito de mundo, mien- tras que Jessica (14ª del ranking) suma cinco. Ambas fueron las no- vatas del año en 2011 y 2017. Mejo- rando cada temporada, Sebastian es ahora el nº 519 mundial, aún curtiéndose sobre todo en torneos challenger y Futures.
Bendición y maldición
“Esto es una bendición y una mal- dición. Todo el mundo sabe lo bue- nos que fueron nuestros padres en sus carreras. A veces es mucha presión, pero también tienes a al- guien que te puede dar las herra- mientas porque saben cómo llegar a la cima”, afirma Sebastian, el pe- queño de la saga