Las mujeres son un referente mundial
Desde Barcelona'92 el salto español ha sido cualitativo y cuantitativo, individual y de equipo
Es evidente que los JJ.OO. de Barcelona 1992 marcaron un antes y un después en el deporte español y visto lo visto en los últimos años, en la vertiente femenina. Mari Paz Corominas fue la primera finalista olímpica española hace 51 años, Blanca Fernández Ochoa, la primera medallista olímpica (en unos Juegos de invierno) en el mágico 92 (Albertville), año en el que la judoca alicantina Miriam Blasco se convirtió en el Palau Blaugrana en la primera campeona olímpica del deporte español. María Vasco fue la primera medallista del atletismo español en los 20 kms marcha de Sydney 2000.
El legado de estas auténticas grandes deportistas ha sido conservado, realzado y aumentado por otras enormes atletas (alguna ya retirada), como Ruth Beitia, Mireia Belmonte, Carolina Marín y Lydia Valentín, sin olvidar el gran papel desarrollado por las selecciones de hockey hierba, balonmano, basket y, sobre todo, de sincronizada, waterpolo y vela.
Ha sido en el agua donde el deporte español femenino ha escrito brillantes páginas en las figuras de la nadadora badalonesa, las sirenas catalanas Gemma Mengual, Andrea Fuentes y Ona Carbonell, las waterpolistas lideradas por Jennifer Pareja, y las regatistas Theresa Zabell y Marina Alabau, amén de los éxitos de la saltadora de altura cántabra, la volantista onubense (ha hecho del badminton un deporte muy seguido y es un icono en Asia), y la haltera leonesa .Y lo que resta por llegar y alcanzar. El deporte femenino español va lanzado y es todo un referente mundial