El compadre y Mister Látigo
Los futbolistas acostumbran a añorar al entrenador compadre cuando tienen a Míster Látigo y quieren a Míster Látigo cuando tienen al técnico compadre. La mayoría prefiere a un entrenador que los mantenga en una zona de confort y no los apriete mucho. Que sepa de fútbol para ser respetado y los defienda delante de los medios. Pero cuando tienen técnicos blandos y va mal quieren mano dura para que los pongan bien físicamente y cuando se encuentran con los obsesos del físico prefieren los charladores. Esa es una tendencia mayoritaria, pero no unánime. Hay futbolistas, cada vez más también, que buscan al guía que los mantenga en su mejor forma y evite las lesiones. Los entrenadores, por su parte, tienen un punto obsesivo que a veces hace decrecer su inteligencia y otros acaban en manos de los veteranos de un vestuario repleto de títulos en la mochila. Después están los inventores y los copiadores, pero a estos los calan rápido.
EL MADRID TRAS LA ERA ZIDANE (Lopetegui no llegó a tener etapa y Solari tampoco) puede volver a la fórmula Mourinho. El francés tenía, eso sí, la admiración de la plantilla por lo que ganó de futbolista y fue el técnico del buenismo en el vestuario. Pero Florentino Pérez busca ahora mano dura. Su discurso a los jugadores indicó que estaba descontento con ellos. El presidente blanco quiere resultados y mano dura, un entrenador que establezca disciplina en el vestuario y que impida que manden los jugadores. Mourinho representa eso, mucho más que cualquier otra alternativa.
EL RELATO DEL PORTUGUÉS llegando ahora al Madrid puede ser motivador para los futbolistas, que deberían dar la cara en lo que queda para saber si siguen y para la afición blanca que ve en él al sargento inflexible. Otra cuestión es que su nombre divida al madridismo entre radicales partidarios y firmes contrarios. Pero Florentino quiere a un entrenador que no se deje dominar por los pesos pesados