Pulpo no es animal de compañía
A estas alturas ya debería saberse que no hay partidos trampa sino actitud inadecuada. Por mucho que el Rayo esté a 37 puntos del Barça, todo será muy difícil si el líder piensa más en el Lyon que en el rival de esta tarde
Con 12 jornadas para el final del campeonato, el Barça entra en el último tramo de la Liga en inmejorables condiciones. Líder con 7 puntos de ventaja sobre el segundo, el Atlético (que visitará el Camp Nou el 6 de abril) y 12, más el ‘goal-average’, sobre el Madrid, que es tercero. El Rayo Vallecano, rival de hoy, 37 puntos por detrás, marcha penúltimo.
Cuando empiece el reparto de puntos del partido, sin embargo, tendrá los mismos que el Barça, ninguno, y por más débil que parezca el adversario de turno la cosa puede que no sea tan fácil como parece. En realidad, si uno observa los datos se podría hasta decir que el Rayo es más difícil como visitante que como local. En casa le han metido muchos más goles (29) que fuera (19) y ha obtenido las mismas victorias (3) en Vallecas que en sus salidas,
Bien es verdad, también hay que decirlo, que el Rayo ha recibido
45 goles. El segundo equipo más batido tras el Levante (46). Y el Barça con 66 (de ellos 39 en el estadio) es el máximo artillero pero, en definitiva, todo esto hay que contrastarlo en el campo donde nunca hay tanta diferencia como la que refleja el papel.
Este, para entendernos, es de los que toda la vida se han denominado partidos trampa. Rival flojito que llega en vísperas de un partido clave, Lyon, y a quien todo el mundo da por derrotado sin salir a competir. Y no. Nada de eso. A estas alturas de la vida ya debería saberse que no existen partidos trampa sino actitudes inadecuadas. No se acepta pulpo como animal de compañía. Ya no.Los tres puntos de esta tarde son vitales, son los que dan verdadero valor a la victoria en el Bernabéu y los que ayudarán al Barça a seguir sin estar a tiro del Atlético. Que el Madrid esté descartado no significa que no haya que seguir jugando todos los partidos como si fueran finales. Con lógicas rotaciones o sin ellas