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Es legitima la euforia vivida por el barcelonismo con la prematura eliminación del Real Madrid en los octavos de la Champions, después de más de mil días de reinado en su competición fetiche. Unas celebraciones que pueden ser excesivamente anticipadas si no se confirma la clasificación del Barça ante el Lyon. Los de Valverde están en sobre aviso en una ronda con resultado trampa en la ida, que fue celebrado como una victoria por los franceses, que recuperan a Fekir, su gran estrella y quien mejor se asocia con Memphis ,enun amenazante juego a la contra.

Estos octavos están resultando los más locos de la historia de la Champions con tres de los cuatro cabezas de serie eliminados (Madrid, PSG y Roma). La clasificación del United fue una continuación de la gesta del Ajax, con su versión B tras sufrir diez bajas. Además otro de los aspirantes al título, la Juve anda contra las cuerdas después del 2-0 del Wanda, que le traspasa a los de Simeone el papel de favoritos. A pesar de todos estos avatares, que no hacen más limpiar el camino a los otros ‘outsiders' a ganar el título y con la lección del año pasado contra la Roma, es de esperar que el Barça salga con los cinco sentidos puestos en un partido que no se debe fallar. La primera de las seis finales que se han de ganar para que “esa Copa tan linda vuelva al Camp Nou”, como dijo el Mesías