La vía inglesa

El sorteo de cuartos y semifinales en la Champions es una mala fórmula. Resta emoción y coloca el foco en luces largas. Se acostumbra a jugar a la estrategia, especulación y mirada lejana en lugar de encender la hoguera primero en los cuartos y luego en las semifinales. Si la UEFA hubiera decidido hacer el sorteo a dedo no le hubiera salido mejor: el grupo de los cuatro más grandes frente a los otros. Ningún favorito choca antes de semis y si llegan todos los previstos el cuadro es absolutamente espectacular, uno de los mejores del torneo. Aunque, de momento, esta Champions es un rompe pronósticos, ideal para las casas de apuestas.

LO MÁS DESTACADO ES LA PRESENCIA de cuatro equipos ingleses. No es la primera vez. Ya en la temporada 2008 y en la 2009 estuvieron. En la segunda década del 2000 mandó en la Premier el denominado grupo ‘Big Four' (super cuatro) formado por Arsenal, Chelsea, Liverpool y United que coparon durante varios años los cuatro primeros puestos de la clasificación final. Los clubs ingleses se patrimonializaron con los derechos de televisión bien repartidos y con la entrada de capital extranjero de millonarios rusos, norteamericanos y árabes. En esas dos temporadas (de dominio del Big Four) se metieron en cuartos. Ahora también y sigue existiendo un buen reparto del dinero de los derechos de televisión y la propiedad de magnates que no venden a sus jugadores, sino que los retienen y compran en el mercado al revés de lo que hacían antes.

EL BARÇA, POR AZAR CLARO, HA CAÍDO en lo que podría denominarse la vía inglesa. Ya jugó con el Tottenham en la fase de grupos, ahora se medirá al United, luego si pasa al Liverpool y, a lo mejor, al City en la final, como esos cursos de inglés que cuesta tanto acabar. El Barça, sin embargo, debe empezar por el principio no por el final