El debate sólo es interno
No hay debate en la calle entre Griezmann y Jovic . En el club es otra cosa. La afición aún recuerda el burdo desenlace al que se prestó Grizi (28 años) para rechazar al Barça. La burla del francés transmitida en ‘prime time' hirió a la entidad y al sentimiento del hincha que se sintió engañado. De ahí el rechazo en las encuestas de emergencia. A Jovic (21) se le conoce muchísimo menos y por las portadas, pocos se han molestado en seguirle en la Bundesliga y su notoriedad se debe a las opiniones encontradas en Twitter. El Barça mantiene a ambos en la agenda y hay debate interno. Ahora mismo, las cosas están como estaban, es decir, con Jovic como delantero preferente al que se le aprecian grandes cualidades y las señales que ha dado Antoine, no correspondidas. De hecho en los ámbitos de mando del club se echa agua al vino ante el súbito interés del ‘7' galo por reactivar su llegada. El joven goleador serbio ha sido espiado en 16 ocasiones, es decir, o se está recabando información al mínimo detalle o es que aún alberga alguna duda.
El BARÇA ESTÁ INMERSO EN PLENO objetivo de ganar títulos y en todas las esferas, desde los despachos al vestuario, nadie disimula de que el Triplete es posible. El ‘Everest' del Sevilla, Madrid dos veces, Lyon y Betis han mostrado a un Messi apoteósico y a un Suárez con el olfato fino para afrontar el ‘rush' final. Está en juego un brillante final de temporada y la estrategia, al menos desde dentro, es la de evitar que el vestuario se distraiga con nombres que van o vienen. ¿Y Valverde? Siempre pidió lo más contrastado para la plantilla.
LA EVOLUCIÓN DE LO QUE QUEDA por jugarse (16 partidos con las finales de Champions y Copa) puede ofrecer alguna luz. Jovic está maduro, lleva 22 goles con el Eintracht, es oxígeno para Suárez y su precio está por fijar. Griezmann lleva 130 en 244 partidos en el Atléti, tiene capacidad de sacrificio, es amigo de Dembélé y vale 120 ‘kilos'. Grizi fue quien lanzó la primera piedra, no el Barça, y otros como el PSG ya han tirado la caña en este río revuelto