N En una final inédita e incierta, los Chiefs buscan su segundo anillo y los 49ers, el sexto para igualar el récord n El talento puro del quarterback Patrick Mahomes se mide a la eficacia de la pizarra del ‘coach’ Kyle Shanahan
n Esta noche/madrugada se disputa la 54ª edición de la Super Bowl en el Hard Rock Stadium de Miami, en el colofón de la temporada que marca el Centenario de la NFL. Kansas City Chiefs y San Francisco 49ers miden fuerzas en una final inédita. Los de Missouri (efectivamente, Kansas City no está en Kansas), tras medio siglo ausentes de la Super Bowl, buscan su segundo anillo en su tercera final. Los californianos pugnan por sumar un sexto título –en 7 finales– que les igualaría en el liderato histórico con New England Patriots y Pittsburgh Steelers.
La presencia de los Chiefs no es ninguna sorpresa. Desde la eclosión del quarterback Patrick Mahomes la pasada campaña se han mostrado como uno de los ataques más devastadores de la Liga, de la mano de su joven MVP y de un técnico muy experimentado como Andy Reid. Sin embargo, nadie esperaba a los Niners en la final. Al menos no todavía.
Hace apenas tres años San Francisco era una franquicia perdedora, sumida en una dinámica indigna de su brillante pasado. Había que reconstruirla partiendo casi de cero y la piedra angular para ello fue la contratación como ‘head coach’ de Kyle Shanahan, coordinador ofensivo de los Atlanta Falcons que habían llegado a la Super Bowl en 2016 y que habían caído ante los Pats tras la remontada más impresionante de la historia. Estratega brillante, con un ‘playbook’ amplio y profundo, necesitaba jugadores que pudieran traducir las líneas maestras de su pizarra en el terreno de juego. Una 2019 NE Patriots LA Rams 13-3 2018 Philad. Eagles NE Patriots 41-33 2017 NE Patriots Atlanta Falcons 34-28 2016 Denver Broncos Carolina Panthers 24-10 2015 NE Patriots Seattle Seahawks 28-24 2014 Seat. Seahawks Denver Broncos 43-8 2013 Baltim. Ravens S.F. 49ers 34-31 2012 NY Giants NE Patriots 21-17 2011 G.B. Packers Pittsbur. Steelers 31-25
de las piezas clave era un nuevo quarterback y los 49ers no repararon en gastos para traer al suplente de Tom Brady en New England, Jimmy Garoppolo. Más tarde se rediseñó la defensa y comenzó a cuajar el juego de carrera, la principal arma de Shanahan, que exige una coordinación total entre la línea de ataque, que abre espacios en los bloqueos, y los runningbacks, que aprovechan las fisuras para colarse y ganar yardas.
De golpe, la maquinaria estaba completa y comenzó a funcionar con precisión. El sistema de San Francisco es engañosamente simple: en ataque, tres corredores intercambiables –Coleman, Mostert y Breida– que transcriben perfectamente su sistema y un quarterback con poco protagonismo que sabe sacar el brazo cuando es necesario para conectar con sus dos receptores alfa, George Kittle y Deebo Samuel. En defensa, una primera línea tremendamente física, rápida y agresiva que ahoga al quarterback rival y una secundaria experimentada a la expectativa por si falla el plan A.
El resultado es inmejorable. La pasada campaña el balance de los Niners fue de 4 victorias y 12 derrotas; en la presente, 13-3 y a un paso del anillo.