El adiós de Leo Messi
Los informativos delataron su impaciencia por la salida del argentino del Barça
Cataclismo culé en propia puerta ayer en el Barça. Más allá del detalle y la repetición del conflicto entre Leo Messi y Abidal, había otro tema que eclipsaba todo lo demás: la construcción de la gran expectativa mediática sobre la salida definitiva de Messi del Barça. Es lógico: hace más de quince años que lo están deseando. En Deportes Cuatro, la pregunta que le hacía Manu Carreño al director de Mundo Deportivo, Santi Nolla, era justamente esta: “¿Precipitará esto la salida de Messi del Barça?”. Pero era en Jugones donde esta eventualidad lograba su máximo apogeo. Untitular en letras mayúsculas enormes a toda pantalla abría el programa para sacudir con el impacto a la audiencia: “SE PUEDE MARCHAR”.
La pregunta que destacaban de las formuladas en rueda de prensa a Setién era sobre el adiós de Messi: “¿Cree que Messi se puede marchar?”. Jugones convertía en titular la frase alarmada de Carrasco en El Chiringuito la noche anterior: “¡Es la primera vez que veo a Messi con un pie fuera del Barça!”. La repitieron varias veces, diagnosticando el sentimiento general de toda la afición del Barça: “¡Es la frase que ha alarmado a todos los culés!”. Y destacaban un lamento más de Carrasco: “¡Es la peor noticia que tengo yo ahora mismo!”, una frase sacada de contexto y que podía crear la sensación de un hecho casi inminente, porque convertía una especulación en información. El vídeo de Jugones concluía con una frase drástica y sin matices: “El adiós de Leo Messi”.
La pregunta que incluyeron de la rueda de prensa de Zidane estaba clara: “¿Usted ve a Messi fuera del Barcelona?”. Como guinda a este huracán del (presunto) pánico, Pedrerol, en su editorial, fiel a su estilo de fingir un triste alegato épico-dramático cuando quiere decir todo lo contrario, utilizaba su púlpito para llorarle a Messi: “No te vayas, Leo. Ya sé que te lo están poniendo difícil”. Y le comunicaba a Bartomeu que tenía que elegir entre Abidal o Messi. Que una especulación, o una hipótesis, se convierta en el clímax informativo, responde más a la impaciencia de un deseo que a un criterio periodístico. Las ganas de que algo suceda. Ese sentimiento que cuesta tanto de disimular
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