RODILLO BLANCO
N El Madrid conquista la Copa ACB tras pasar por encima del Unicaja en una final muy desigual n El acierto y la intensidad de los merengues noquean a un anfitrión que llegó sin fuerzas
Unicaja Málaga, 68
Suárez Guerrero Ejim Waczynski Elegar
Totales Entrenador:
Real Madrid, 95
Taylor Thompkins Llull
Reyes Laprovittola
Fernández
4 6 2 4 2 7 7 2 22 2 4 6
Luis Casimiro
9 10 4 12 20 8 0 3 13 6 5 5
2-3 0-1 0-2 2-5 1-3 3-4 2-6 1-2 9-12 1-2 1-1 3-4
0-2 1-1 2-4 6-6 4-5 4-6 0-1 0-1 1-4 0-0 1-1 0-4
0-0 2-4 0-0 0-0 0-1 0-0 1-6 0-3 1-5 0-0 0-0 0-1
3-3 2-3 0-1 0-0 4-10 0-0 0-0 1-1 3-4 2-4 1-2 1-2
0-0 0-0 2-4 0-0 0-0 1-1 0-4 0-0 1-1 0-0 2-4 0-0 2 6 5 2 1 3 1 3 2 0 4 3
V 0 13 6 0 22 8 0 18 5 1 20 1 1 17 0 0 9 8 3 25 -1 1 21 0 3 25 19 0 7 -2 2 9 9 0 14 5
TL RT AS MJ
0-0 1 0 13 8 2-2 2 0 23 9 0-0 1 1 8 4 0-0 4 2 20 16 0-0 4 1 22 17 0-0 3 3 21 12 0-0 5 1 17 7 0-0 0 1 3 2 2-3 4 13 34 29 0-0 0 1 7 5 0-0 4 1 20 10 2-2 1 1 11 3
Pablo Laso
13-26, 15-17, 14-25, 26-27 Martín Bertrán, Peruga y Calatrava.
Vn La final de la Copa del Rey no se alejó del guión previsible y el Madrid impuso su ley sin grandes apuros al superar al Unicaja por 68-95. Al igual que las semifinales, el partido por el título resultó la batalla de un Goliath imparable con un David cansado y sin energía que alcanzó su límite, y casi diríamos que su objetivo realista, llegando a este partido. Los blancos retoman así el cetro tras dos años sin lograrlo por culpa de un Barça que esta vez fue noqueado a las primeras de cambio.
El Madrid anotó el 56% de sus triples por un pobre 20% del rival y tuvo en Carroll (20) y Campazzo (13 y 13 asistencias) a sus puntas de lanza, así como en Tavares a un baularte bajo los aros.
Todo lo que podía salirle mal a Unicaja en el primer cuarto y medio ocurrió. Al festival de triples del Madrid (Campazzo, Randolph y Carroll) se uniría una serie de 0 de 6 triples de los malagueños que en apenas 14 minutos llegaron a ceder por 21 puntos (14-35). Fuera por el cansancio acumulado de no tener el día de descanso del que disfrutó el Madrid o por la diferencia física, el arranque fue un monólogo de los blancos, mucho más metidos en la acción. Incluso Laso se permitió do