Pitos y susurros
En mayo de 2014 algunos directivos me hicieron llegar su malestar porque Josep Maria Bartomeu no aparecía en el vídeo de homenaje a
Tito Vilanova. Andoni Zubizarreta
también se quejó por no haber sido incluido en aquellas emotivas imágenes que rindieron tributo al entrenador fallecido, que, con una emocionante versión de la Vall del riu Vermell, emocionó al Camp Nou. Tito, per sempre etern.
Se había tomado la decisión de que en el vídeo de homenaje a Tito sólo aparecieran quienes vivieron de cerca con el entrenador y que todo quedara restringido al área deportiva y a las personas que habían compartido con él sus mejores años y sus peores momentos. Pero es verdad que la no aparición de Bartomeu y Zubi resultaba extraña.
Unos meses después, la campaña mediática contra Leo Messi adquirió mucha intensidad y las investigaciones de Hacienda sobre el jugador, a pesar de ser el mayor contribuyente del país, representaban un desgaste diario exasperante.
El padre de Messi, persona discreta donde las haya, me comentó que pensaba que el club no defendía suficientemente al jugador y su opinión fue transmitida a Bartomeu. El presidente, de inmediato, ordenó que si se podía hacer más, que se hiciera.
Messi rompió en aquel momento el récord de Zarra de goles en La Liga y se aprovechó el vídeo de homenaje al jugador, noviembre de 2014, para insertar imágenes del presidente y de Zubizarreta alabando y apoyando al jugador para disipar las dudas de que el club no estaba con el jugador. ¿Resulta extraño que el presidente del club y el director deportivo apoyaran a Messi en un día tan señalado?
En el momento de aparecer Bartomeu y Zubizarreta en las pantallas del estadio, se registró una sonora pitada desde las gradas, lo que provocó el enfado del presidente, no así el de Zubizarreta, y las quejas de algunos directivos. Los mismos que se habían quejado de que Bartomeu no apareciera en el vídeo de Tito, ahora contribuían a generar un tsunami por el simple hecho de proteger y felicitar a Messi. El vídeo de la pitada fue polémico.
Los pitos, pañuelos y peticiones de dimisión que se escucharon el sábado pasado en el estadio tenían otro fondo. Esta vez no era un aviso. Esta vez iba en serio y pese a estar igualmente dirigida y orquestada, la pitada parecía tener esta vez una justificación sólida: la gestión de las redes sociales por parte del club.
A veces pienso que hay un cierto desconocimiento sobre el hecho de lo que es el Fútbol Club Barcelona. El Barça es una entidad privada, no un organismo público, y la fiscalidad y exigencia que se ejerce sobre sus directivas son,
Bartomeu nunca ha buscado protagonismo. Me pidió que cambiara la portada de su triunfo electoral por otra menos personalista. No todos lo hubieran hecho. No se le conocen extravagancias y, como cualquier otro presidente, ha cometido errores. ¿Acaso no cometieron errores Núñez, Gaspart, Sandro Laporta...?, y ¿alguien puede asegurar que quienes se postulan para ocupar la presidencia jamás cometerían errores?
Vienen días difíciles para el Barça. Dejemos que el socio hable cuando tenga que depositar su voto, y aparquemos los intereses personales que enturbian la marcha del club hasta que se celebren las votaciones en verano de 2021. Hacerlo antes sería un error. Y mientras tanto sigamos con el fútbol y dejemos que hable el balón. Ahora toca el Bernabéu
Ante el hecho de que Bartomeu nunca ha buscado protagonismo, dejemos rodar el balón
Ho