El arte de filtrar pases por dentro

El Barça no sólo estudia la salida de balón desde atrás sino que intenta trabajar cómo dañar el rival en la zona final. A falta de extremos (Dembélé lesionado, Ansu juega menos, Braithwaite no está para la Champions), el equipo de Setién busca de encontrar la ventaja jugando por dentro. El equipo tiene el balón, la entretiene, de aquí para allí, juega un poco a balonmano y, cuando el rival está despistado, es el momento del zarpazo. Ante el Madrid, hubo cuatro pases filtrados por dentro, que suponían un mano a mano con el portero. Arthur se la dio a Vidal con ventaja por abajo, pero el chileno en lugar de penetrar hasta el fondo, espero a Griezmann. Luego fue este quien la filtró por abajo a Arthur, que llegó al área sin creerse que se plantaba sólo ante Courtois. Luego, justo cuando los comentaristas habituales de la tele hablaban de lo lento del juego del Barça, se produjo el cambio de ritmo: desmarque de Messi, Busquets que se la regala por alto y Courtois evita, de nuevo, el 0-1. Ya con el marcador en contra, en el segundo tiempo, De Jong rompió líneas por velocidad y se pone larga, perfecta, a Messi... El control impreciso provocó que Marcelo celebrase ese robo como si hubiese ganado un título. Ramos, de nuevo, como en las anteriores jugadas había salido retratado. El plan del Barça era bueno. La teoría la sabíamos. Falló la práctica. Es decir, Courtois

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