Mundo Deportivo (Barcelona)

Rosell afirma que un policía puso un sobre con dinero en su casa para incriminar­le

N En un avance de su libro ‘Un fuerte abrazo', habla del día del arresto en su domicilio y cree que todo es fruto de una conspiraci­ón contra él

- Roger Torelló

n Sandro Rosell, ex presidente del FC Barcelona, estuvo encarcelad­o sin fianza desde el 25 de mayo de 2017 como parte de una investigac­ión de lavado de dinero relacionad­a con la compra de derechos de televisión para partidos amistosos de la selección brasileña. Tras 645 días de prisión preventiva, el 24 de abril de 2019, la Audiencia Nacional le absolvió de todos los cargos junto a otros cinco acusados. Ahora, Rosell explica todas sus vivencias en la cárcel en un libro ‘Un fuerte abrazo’, que saldrá a la venta el 23 de marzo.

“Se acerca a mí uno de los policías y me dice que tenemos que comprobar el contenido de un armario juntos. Hasta entonces, todo el registro lo habían hecho sin mí. No lo entiendo, pero hago caso. El policía abre el armario y va directamen­te a un abrigo de Marta y de uno de los bolsillos saca un sobre con una inscripció­n que dice ‘RT’ y ‘5K’. Le digo que aquel sobre no es mío y él me responde que debe ser de mi mujer. Le digo que no, que no es mío ni de ella, que esta mañana este sobre no estaba allí”, explica Rosell en su libro, en un avance que hizo ayer El Mundo, sobre la mañana que fue detenido en su domicilio el 23 de mayo de 2017.

“Lo que hacéis es muy feo”, alertó Sandro Rosell a los policías que registraro­n su domicilio, a los que acusa de introducir pruebas falsas en su domicilio para incriminar­le. Señala a los agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil y la Policía Nacional, pero sostiene que éstos se limitaban a cumplir órdenes de los verdaderos responsabl­es de una trama contra su persona.

Lo guardaba en una caja fuerte

Nada más mostrarle el sobre, Rosell intuye que lo que la Policía busca en su casa es dinero en metálico: “Le cuento que en casa el dinero lo guardamos en una pequeña caja fuerte que tenemos, que después se la enseñaré. Enseguida mi cerebro ata cabos y les digo a mis abogados que me da la sensación de que todo esto es una conspiraci­ón, pero ¿de quién? ¿Y por qué? No lo sé”. Rosell explica que el episodio del sobre tuvo lugar dos horas después del comienzo del registro judicial y que hasta ese instante había llegado a “dudar” de sí mismo por si existía alguna conducta irregular que no recordaba. “La señal del sobre con dinero me hace cambiar radicalmen­te mi pensamient­o. En aquel momento, la duda de que había podido hacer algo mal, sin ser consciente, se desvanece”, enfatiza.

“Mientras tanto, el jefe llama al policía que está registrand­o todo con una cámara de televisión para que haga una toma de los billetes que hay dentro del sobre. Los billetes están sobre la mesa de un pequeño despachoqu­e tenemos en la habitación y el jefe le indica a la secretaria judicial que anote en la lista del registro el hallazgo. Entonces es cuando me cabreo, y mucho. Le digo que el sobre no es mío, que intuyo que él lo sabe perfectame­nte y que lo están grabando todo para filtrar las imágenes a la prensa, ya que cuando enseñas dinero en metálico en un registro, la gente enseguida piensa que aquella persona

n Por euros, o los ‘5K’ manuscrito­s en el sobre) son nuevos y correlativ­os en el número de serie”. “Entonces -prosigue- le hago ver al policía el detalle de los números correlativ­os mientras le comento que quien haya puesto aquel dinero allí es muy burro. Se lo digo literal y explícitam­ente entendiend­o que no se puede molestar, porque se supone que no ha sido él”. Acto seguido, pide a su abogado “que los grabe con su teléfono, puesto que yo en aquel momento no tenía mi iPhone porque ya me lo habían confiscado. También le pido que grabe sobre todos los números de serie”. “Le explico al policía que lo grabamos para cuando sea el momento de hacer un seguimient­o de la serie desde la Casa de Moneda y Timbre hasta el banco al que haya ido a parar, así quizá podremos identifica­r quién había retirado aquel dinero”, cuenta, y añade: “Si ahora para sacar 2.000 euros de tu cuenta corriente te preguntan incluso la marca de calzoncill­os que llevas, seguro que podremos saber quién retiró los 5.000 euros”.

Nervios en el policía judicial

La propuesta de Rosell provoca un cambio radical en la posición de los investigad­ores. “Que seamos nosotros los que grabemos los billetes surte efecto en el policía, porque pasa de estar muy tranquilo con mis quejas anteriores a ponerse muy nervioso, a sudar (aunque hacía calor, no era tan intenso como para sudar), y lo más curioso de todo, pide a la secretaria judicial que elimine de sus anotacione­s el dinero encontrado. Lo justifica diciendo que es normal y legal que tenga 5.000 euros en metálico en casa”, recuerda.

Califica la escena de “kafkiana”, porque “el policía que había encontrado el dinero empieza a indicar a la secretaria judicial que no tiene que anotar en el registro el dinero que poco antes había pedido incluir en el acta. Al final, tras la interven

de guía, le “presentó a todo el mundo”, le ayudó a “cambiar los colchones meados donde dormimos” y hasta le prestó un “reloj Swatch negro” para no desorienta­rse. Ángel Villar, Rodrigo Rato o Luis Bárcenas fueron otros de los presos ilustres con lo que coincidió.

Fuera, Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, fue una de las personas que más se interesó ción de mis abogados, la secretaria judicial deja constancia de todo, como reclamamos. Imagino que alguien de los que están allí, Policía Nacional, Guardia Civil o funcionari­os del juzgado, en medio de la confusión, ha puesto el sobre dentro del armario justo antes del registro”.

Mil preguntas sin respuesta

Pese a la indignació­n que le provocó aquella situación en el registro de su casa, Rosell exculpa a “aquellos policías” que conformaba­n la comisión judicial porque “están haciendo lo que están haciendo ordenados por alguien y, por tanto, no son culpables directos de la supuesta conspiraci­ón”. Una trama sobre cuyo origen Rosell especula en voz alta entremezcl­ando al mismo tiempo hipótesis políticas, empresaria­les y hasta deportivas: “¿Por qué estoy aquí? ¿Quizá era porque pusimos las cuatro barras en la camiseta del Barça? ¿O porque permitimos que pasara la Vía Catalana por el Camp Nou? ¿O porque dejamos que se celebrara el Concert de la Llibertat? ¿Quizá era porque habíamos contratado a Neymar en contra de la voluntad de otro equipo? ¿Oque habíamos vendido los derechos de televisión del Barça a Telefónica en lugar de a Mediapro? ¿O quizá porque había sido presidente del Barcelona? ¿O la mezcla de todo?”

Hpor su situación. Los internos en la prisión de Soto del Real, muchos de ellos marroquíes, pasaron a llamarle “presi”. Fue allí donde entabló amistad con Paulino, el cura. A él debe no haberse derrumbado, y a su fundación destinará Rosell los beneficios del libro, con la condición de que destine los fondos a pagar la defensa de presos preventivo­s sin recursos económicos

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FOTO: PEP MORATA Rosell, en una imagen reciente
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Portada del libro ‘Un fuerte abrazo’
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FOTO: SIRVENT Rosell, cuando salió de la cárcel

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