Ni Eder Sarabia ni el coronavirus son tan importantes
Evitar que el coronavirus se instale entre nosotros y que forme parte de enfermedades que forman parte de nuestro ‘ecosistema’ como la gripe, esa es la única explicación para entender las medidas excepcionales que están afectando a acontecimientos deportivos y paralizando la economía global. Desde que empezó el 2020, han fallecido por gripe común en nuestro país 6.300 personas - la gripe estacional causan de 290.000 a 650.000 muertes en el mundo -, el Covid-19 tiene una tasa de letalidad estimada del 0,7%: 3 fallecidos en nuestro país. El ritmo de infecciones por coronavirus es más alto que el de la gripe, se añade además el problema de la falta de inmunidad - todavía no han desarrollado una vacuna-, pero como pasa con la gripe, el Covid-19 cuando llegue el calor previsiblemente reduzca su transmisión, aunque quizás ya se haya convertido en pandemia y esté instalado entre nosotros.
El vestuario del FC Barcelona recibió información detallada sobre el coronavirus por parte del doctor Antoni Trilla, jefe del Servicio de Medicina Preventiva y Epidemiológica del Hospital Clinic de Barcelona. Escucharon con atención jugadores y staff técnico y aunque el doctor les transmitió tranquilidad - ellos son jóvenes y sanos- más de un futbolista azulgrana ha empezado a tomar medidas para prevenir un posible contagio. Como por ejemplo posponer reuniones o pasar los encuentros a conferencias vía skype o cancelar los viajes en los días de fiesta, además de estar atentos a medidas como la higiene continua. Especialmente sensibles son aquellos futbolistas que han sido padres recientemente y los que cuentan entre sus familiares con alguna persona mayor. Se habla del coronavirus. Sí.
Eder Sarabia ha sido un pardillo. Sólo eso. No calculó que estar sentado en el banquillo del Bernabéu significaba tener un plano cerrado enfocando cada uno de sus exclamaciones. ¡Pero si todos le conocen!. Sarabia no calla, es pasional, habla tanto que hasta le expulsan. ‘Habló’ en el Bernabéu desvelando los movimientos que algunos jugadores no ejecutan bien, más por falta de atención que de calidad, más por ausencia de automatismos en el estilo de juego que quiere introducir Quique Setién que por desidia. Eso lo firmamos todos, ¿no? Sarabia no preocupa y ocupó el tiempo justo para entender entre todos que el ruido no beneficia a nadie y menos a un vestuario en el que Leo Messi hace equilibrios para intentar ganar un título esta temporada.
Me cuesta escribir de coronavirus o de Sarabia, al que he cogido un aprecio especial porque me gusta la gente intensa y pasional. Me cuesta cuando enfermedades realmente graves de nuevo cuño se cuelan entre nosotros, enfermedades devastadoras, que entran en cuerpos sanos, de deportistas, de uno de los nuestros. Me cuesta porque cuando el diagnóstico es ELA sólo puedes agarrarte a la esperanza de que la investigación haya dado un paso de gigante y que ahora sí, la medicina de respuesta a nuestros miedos.
Sólo quiero decirte que “te quiero mucho, a ti a tu familia”. Sólo eso. Y como nunca antes te había dado las gracias por ser tan amable, tan respetuoso, tan cariñoso y tan noble, ahora te lo digo. Y maldito el momento. Porque si, siempre proclamando y enarbolando la bandera del ‘carpe diem’ . Y al final, aquí estoy, constantando que consumo días sin pararme a dar las gracias, a decir ‘te quiero’ o simplemente a sonreír, aún más, mucho más, abrazar aunque nos digan que eso facilita el contagio del coronavirus, porque lo que contagias con un abrazo es alegría, felicidad, amor, amistad
Hace unos años, la empresaria Mónica Espadaler nos enganchó a la vida de Jano Galán, padre de tres hijos, deportista, sano hasta que le detectaron la ELA que acabó con su vida. Estos años habrán servido seguro para seguir avanzando en una enfermedad de nuevo cuño. Lo creo.Lo quiero creer. Quiero que sea así. Y sé que será así. Lo sé
Mejor conferencias vía skype para evitar contactos con zonas de riesgo, dicen
Y mientras, enfermedades graves de nuevo cuño nos destrozan sin remedio
H