N El Barça resistió ante una notable Real para asegurar un triunfo que no podía dejar escapar n El VAR devolvió al once azulgrana lo que le quitó en Anoeta y Messi no falló
n El Barça no se podía permitir no ganar a la Real y ganó. Unpenalti de VAR y la capacidad del conjunto azulgrana para resistir, incluso más allá de sus fuerzas en un final agónico ante una Real que en algún momento llegó a ahogar al Barça, le aseguraron tres puntos vitales. Tres puntos que pudo haber amarrado por ocasiones antes, pero que se quedaron en el Camp Nou gracias a la revisión de una jugada en el área. El karma tiene estas cosas: en Anoeta el VAR intervino para negar el triunfo al Barça y en el Camp Nou hizo todo lo contrario: rebobinó mientras atacaba la Real para señalar un penalti, por mano clara de Le Normand, que Messi no falló. Después resistió, incluso con gol anulado a Jordi Alba, para apuntalar tres puntos logrados por la capacidad colectiva para competir, por el gran partido de Piqué en defensa y por el poder de desequilibrio de Leo. El conjunto de Setién se lleva tres puntos, pero deja muchas debilidades para la revisión.
Braithwite estrenó titularidad y formó tridente atacante con Griezmann, poco incisivo en la banda derecha, y Messi como ‘falso nueve’ ante una Real que demostró su buen momento de forma y se presentó en el Camp Nou con ganas de romper su larguísima mala racha de derrotas. Pero no. El año que viene, en lugar de veinticinco años sin puntuar serán veintiséis. El conjunto donostiarra llegó más entero al final, en un escenario abierto, con un partido roto y de intercambio de golpes, pero el Barça supo resistir y creó suficientes ocasiones incluso para aumentar la exigua ventaja de un gol.
Hubo varias fases diferenciadas de juego a lo largo de los noventa minutos. Ambos equipos se dedicaron, en un arranque con ritmo trepidante, a competir por la mejor presión a la salida de balón. La Real la ejerció con intensidad, a través de Odegaard e Isak sobre Ter Stegen y Busquets, con Piqué y Lenglet abiertos, vigilados por Barrenetxea y Portu, que al cuarto de hora ya había arrancado una tarjeta al central francés del Barça, obligado a cortar una contra muy peligrosa en falta.
La conexión Messi-Braithwaite
Con el Camp Nou pitando a Ter Stegen cuando tenía dificultades para salir, obligado a apoyarse en Rakitic, el Barça también fue eficaz en su presión a la salida de balón de la Real. Sin embargo, pocas ocasiones. Surgieron en cuanto Messi conectó con Braithwaite, muy activo al principio para decaer mucho en la segunda parte.
Leo, al revés. Comenzó frío, pero creó las mejores ocasiones. Entró en acción a los diez minutos, al ver al danés buscando el desmarque al espacio. Le lanzó el pase y Braithwaite probó por primera vez a Remiro. Poco después se repitió la conexión y el danés llegó demasiado forzado para rematar con opciones.
La mejor acción del argentino en el primer tiempo fue consecuencia de la presión sobre Llorente en la salida de balón. Se lo quitó sobre la línea de banda, entró en el área, hizo pared con Busquets y remató, pero rechazó Remiro. Y un cabezazo tras jugada colectiva que salió fuera cerró el catálogo de acciones de
Messi en el primer tiempo.
La Real no pudo concretar su presión en oportunidades realmente claras gracias a la concentración defensiva del Barça, con un gran Piqué y un Lenglet flojo en la salida de balón pero eficaz en defensa. El equipo donostiarra se buscó la vida para generar peligro con acciones excepcionales del jovencísimo Barrenetxea, que jugó un partidazo y generó dos buenas ocasiones de la Real: centro para cabezazo de Isak y un pase en profundidad hacia el eje del ataque que obligó a Ter Stegen a salir en plan líbero, superados los dos centrales por Portu.
Dos remates de Messi que no entraron por poco aliviaron un dominio donostiarra evidente tras la reanudación, con un Barça menos intenso ya en la presión. Curiosamente, las mejores ocasiones fueron del Barça en esta fase de dominio visitante: las dos de Leo y un
Alavés - Valencia
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Barcelona - R. Sociedad
Getafe - Celta
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Valladolid - Athletic
Levante-Granada
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remate seco de Rakitic que Remiro mandó a córner y un remate de Piqué de cabeza a centro de Messi que detuvo el meta.
El VAR, decisivo
Obligado a ganar y animado por estas ocasiones, el Barça se fue arriba y la Real buscó las contras, con chuts del recién incorporado Oyarzábal, de Isak y de Monreal, que cruzó demasiado tras un buen avance. Entonces, el VAR detectó un penalti incontestable un minuto después de que se hubiese cometido: un centro de Arturo Vidal fue rechazado por Le Normand con el brazo claramente, sin que nadie se diese cuenta. Lo advirtió el VAR un minuto más tarde, cuando atacaba la Real. Y Messi no falló.
Piqué, enorme, y Lenglet fueron los líderes de la resistencia barcelonista ante el ataque realista de los últimos minutos, una resistencia que dejó los tres puntos a buen recaudo pero que no tapan algunas debilidades del equipo, líder provisional, ni los pitos del público en algún momento
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