Fallece Luis Racionero
N El escritor e intelectual era un gran culé y opinó sobre el Barça en MD desde 1996
n El escritor e intelectual Luis Racionero, colaborador de Mundo Deportivo desde 1996, falleció ayer a los 80 años de edad tras una cruel enfermedad.Tambiénestuvomuyvinculado a La Vanguardia, donde colaboraba de forma semanal en la sección de Opinión, y mensualmente en el suplemento Cultura/s. Nacido en la Seu d’Urgell (Lleida) el 15 de enero de 1940, estudió Ingeniería y Ciencias Económicas en la Universidad de Barcelona y obtuvo la beca Fullbright para doctorarse en Urbanismo en la de Berkeley. Fue profesor de Microeconomía en la Facultad de Ciencias Económicas en 1966. En
1967 obtuvo la beca Fullbright para doctorarse en Urbanismo en Berkeley (California). Fue profesor de Urbanismo en la Escuela de Arquitectura de Barcelona y en la Facultad de Económicas y en 1994 fue by-fellow en el Churchill College de Cambridge.
De 2011 a 2014 dirigió la Biblioteca Nacional de España. A lo largo de su dilatada carrera, escribió ensayos, novelas y memorias, y siempre se le catalogó como un intelectual independiente y referente de la contracultura de Barcelona en los años 70. En 1996 ganó el Premio Azorín con la novela ‘La cárcel del amor’. En 2000 recibió el Premio Espasa de Ensayo por ‘El Progreso decadente’.
Entre otras distinciones, destacan el Premio Anagrama en 1983 por Del paro al ocio y el Premio Gaziel en 2011 con Memorias de un liberal psicodélico. Otras obras muy conocidas son Filosofías del underground (1977), Los ángeles cuánticos (1987), Arte y ciencia (1988), Florencia de los Médicis (1990), Atenas de Pericles (1993), Oriente y Occidente (1993), El arte de escribir (1994) y El genio del lugar (1997).
Gran barcelonista, sus artículos no dejaban indiferente a nadie con un punto de vista muy personal. Nunca se mordió la lengua. El fútbol fue su gran pasión, compartida a nivel familiar con mucha intensidad con su hijo Alexis, socio del Barça como él y su nieta Alicia. Gran fan de la Hungría de los años 50, disfrutó con los Kubala, Kocsis, Czibor, Basora, Di Stéfano, Cruyff y ahora, cómo no, con Messi. Pendiente del fútbol, “siempre por delante de todo”, como decía, hasta en los últimos días de su vida, ya no pudo sufrir como hubiera querido con el último Clásico pero sí con el Nápoles-Barça. Descanse en paz
Fan de la Hungría de los 50, sus artículos nunca dejaban a nadie indiferente
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