Mundo Deportivo (Barcelona)

‘Mercenario­s’ se gritó a los jugadores

- Anna Cordovilla

n Golpe duro. El Espanyol sucumbió ayer en El Sadar y se dejó en Pamplona gran parte de sus aspiracion­es de lograr la salvación. Nueva bofetada y de las que hacen daño pues era vital ganar la ‘final’ ante Osasuna. Sigue colista y la permanenci­a está ahora a 6 puntos. Pinta mal, muy mal.

En un partido esperpénti­co, el equipo de Abelardo cayó por 1-0 gracias a un gol de penalti que transformó Roberto Torres al golpear sin querer el balón con el codo Víctor Sánchez, una pena máxima desafortun­ada. Pero el esperpento tuvo un capítulo final más grave. El Espanyol acabó con diez por la expulsión de Diego López al tocar el balón fuera de su área. Vio su segunda amarilla, a la ducha, y Cabrera acabó como circunstan­cial portero, sofocando el temporal como buenamente pudo.

A perro flaco, todo son pulgas y este Espanyol está desnutrido. Lo preocupant­e es que el equipo no dio nunca sensación de poderse llevar el partido, asemejándo­se al Espanyol que naufragó en Valladolid y lejos del que plantó cara al Atlético hace una semana.

Quedan menos jornadas y el Espanyol se complica y de qué manera la permanenci­a. Sigue la caída libre y se ve el abismo cerca.

Abelardo apostó ayer prácticame­nte por el mismo bloque que jugó ante el Atlético con el único cambio de David López en lugar de Iturraspe en la medular. Relegó de nuevo a Calleri a la suplencia.

Osasuna salió en tromba, con una presión muy alta y explotando un juego vertical. Consecuenc­ia, el Espanyol se aculó atrás y le costó una vida sacudirse el dominio rojillo. Un dato que evidencia el monólogo local: en los primeros 5 minutos, tres córners de Osasuna.

Kike Barja (5’) y Rubén García (6’) avisaron que Osasuna tenía mucha hambre, mientras que el Espanyol se mostró muy espeso, endeble, paseando la triste imagen que ya ofreció en Valladolid.

Poco a poco los blanquiazu­les se reactivaro­n, sacudiéndo­se el acoso y miraron a la portería de Rubén. Embarba y sobretodo Wu Lei, en dos acciones seguidas, pisaron área rojilla, sin definir bien.

Darder seguía sin aparecer pero el Espanyol se iba entonando y en el 19’ llegó la primera y única ocasión clara de la primera parte. De Tomás se inventó un obús desde la frontal que se envenenó con parábola pero el portero Rubén repelió con algún problema. El Espanyol daba señales de vida, por fin.

Sobre la media hora del partido Darder se asoció bien con Wu Lei, pero el chino cayó en fuera de juego. Javi López, que sufrió mucho con Barja y Rubén García, dio una de cal y otra de arena. En el 33’ los rojillos reclamaron una mano del capitán en el área que el colegiado desestimó. Y tres minutos después, Javi salvó in extremis la internada de Brazanac.

Antes del descanso, en el 41’, De Tomás volvió a avisar, pero Aridane desbarató el peligro perico.

En la reanudació­n Abelardo movió ficha y dio entrada a Calleri en lugar de Wu Lei. Pero no pudo empezar peor la segunda parte. En el 47’ Diego López salvó con una mano providenci­al el disparo de

Brazanac con sello de gol. Pero todavía faltaba por llegar lo peor.

En el 49’, penalti, tonto sí, pero claro de Víctor Sánchez, al que le rebotó el balón en el brazo. Pena máxima que transformó Roberto Torres a lo Panenka, poniendo el 1-0 en el marcador. Tocaba volver a remar para remontar.

El Espanyol no le perdió la cara al partido pese al varapalo y siguió apretando. En el 59’ se reclamó un posible penalti sobre Embarba cuando iba a rematar. El colegiado obvió la jugada y no intervino ni el VAR. Y en la siguiente jugada Diego López salvó un gol cantado a disparo de Rubén García y volvió a ser providenci­al el meta perico para abortar una contra y disparo de Enric Gallego (61’).

El partido se enloqueció y la zaga blanquiazu­l devino un flan, perdonando Osasuna en varias ocasiones la sentencia del duelo. Roto el partido, Darder dio la réplica en el 62’ con un buen disparo desde la frontal pero salvó Rubén.

El Espanyol con más corazón que cabeza, buscó el empate, pero lo que estuvo cerca de llegar fue el segundo rojillo. Enric Gallego tuvo la puntilla (69’), pero su disparo se fue lamiendo el palo izquierdo.

Abelardo introdujo a Melendo y

Un sector minoritari­o de los aficionado­s pericos que viajaron a Pamplona, dedicaron gritos de ‘mercenario­s, mercenario­s’ a los jugadores, una vez finalizado el partido, indignados por la derrota.

Los gritos apenas duraron medio minuto y los hinchas, muy tocados, iniciaron el viaje de vuelta a Barcelona desolados por el nuevo KO de los blanquiazu­les

Diego López fue expulsado tras ver su 2ª amarilla por coger el balón fuera de su área

Víctor Gómez, oxígeno para buscar la remontada. Nada de nada.

Y para colmo de males, nuevo esperpento para acabar de ‘matar’ al Espanyol. Diego López cogió el balón fuera de su área, muy rigurosa la acción, pero vio la amarilla. Y como era la segunda que veía, el portero acabó expulsado. Acción que no revisó el VAR.

Abelardo ya había hecho los tres cambios por lo que Cabrera se puso como circunstan­cial portero. A diez del final, el escenario devino dramático para los pericos: jugando con uno menos y sin portero. Peor imposible

HH

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El capitán perico fue uno de los protagonis­tas del duelo al propiciar el ingenuo penalti que dio la victoria a Osasuna
FOTO: GETTY Víctor Sánchez, peleando entre dos jugadores rojillos El capitán perico fue uno de los protagonis­tas del duelo al propiciar el ingenuo penalti que dio la victoria a Osasuna

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