N Diego García Carrera, plata europea en 20 km marcha, habla de cómo afronta la incertidumbre actual n Con mínima para los Juegos de Tokio, entrena como puede sin saber hacia dónde le llevarán sus pasos
n Este domingo 22 de marzo estaba prevista la celebración del Campeonato de España de 20 kilómetros marcha. Era una de las últimas oportunidades para asaltar una mínima olímpica (1:21:00) que en clave española tienen Diego García Carrera, Álvaro Martín y Miguel Ángel López. Ellos serían ahora mismo los tres representantes españoles en los Juegos de Tokio, cuya marcha se disputará en Sapporo. Si hay Juegos.
El caos en la preparación olímpica en medio de la crisis del coronavirus es total. La preocupación sobre el destino de la temporada, superlativa para los deportistas. Así lo relata Diego. “Empezábamos ahora la temporada. Llevo sin ponerme un dorsal desde el Mundial de Doha”, cuenta. Fue en octubre y allí el joven madrileño lo pasó mal tras sufrir especialmente con las condiciones de calor. “Prefiero recibir críticas que tener la sensación de que no le importamos a nadie”, recuerda Diego sobre la cita mundialista. De ella extrajo conclusiones positivas. “Estaba yendo con más rabia a entrenar; me adapto fácilmente a los cambios que vienen de golpe”, dice.
El provocado por el coronavirus es mayúsculo. Ha alterado toda su rutina de entrenamientos y varias de las competiciones más importantes de la temporada. “Para determinar la selección para Tokio se han suspendido el Nacional y las Copas del Mundo. Por ahora solo falta A Coruña (20 de mayo)... Supongo que se tirará de ranking”, dice Diego. Por resultados y marcas, su nombre luce junto al de Álvaro Martín en todas las quinielas para ir a Japón.
Confianza en que habrá Juegos
Aunque la incertidumbre es máxima. “Nos están diciendo que los Juegos se van a celebrar sí o sí”, dice, al mismo tiempo que pide “unos clasificatorios justos” tras el torrente de suspensiones de competiciones.
Diego ha seguido preparándose con normalidad hasta ahora, pero el agravamiento del problema en España le hace depender desde hoy de un permiso especial para seguir entrenando por la calle de la forma habitual. “En Italia los miembros del equipo nacional lo tienen. Este distingue su trabajo como prioritario”, explica. Mientras, en Madrid, su grupo de entrenamiento se ha reducido de veinte atletas a cinco y todos se debaten entre el deber como ciudadano y el deber como deportista. “Algunos por la calle nos dicen que somos irresponsables. Pero aquí, si dejas de entrenar un mes, luego no lo recuperas de ninguna manera”, cuenta.
Para él, focalizarse en que los Juegos se celebrarán es la motivación para seguir. “Es que, si no, no tiene ningún sentido entrenar. Es mucho más fácil prepararse con objetivos claros que ahora”, dice. Lleva cuatro meses y medio pensando tan solo en los Juegos. Y confía en que el coronavirus deje de ser un enemigo para poder tomarse en Japón su revancha personal contra el calor
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