Salvemos al soldado Barça
Pues sí, esto se alarga y no creo que nadie en su sano juicio pueda decir hasta cuando va a durar. Cada vez que dice algo una autoridad médica o política, nacional o autonómica, la cosa se endurece. Es lo que hay. Querría poner un rayo de esperanza, en especial a la masa culé, diciéndolo que esto se basa en la paciencia, en distraerse, en tener precaución, en no correr riesgos, pensar que los problemas que ahora nos parecen enormes dentro de un tiempo, espero no muy grande, se convertirán en motivo de comentarios, anécdotas, de una situación única que nadie de los que estamos haya podido sufrir anteriormente. Una vez salvada la situación personal, que es lo más importante, aparece el panorama económico de los países, las sociedades, las personas y la actividad económica de los países. Aquí viviremos batallas a nivel económico, se hablará de si es necesario un rescate, decisiones que no nos atañen directamente a nosotros. Esta situación ha llegado, de una forma imposible de predecir, al mundo del deporte.
Y dentro de este mundo en lo que se refiere a nosotros, al FC Barcelona, que no solo tiene una plantilla de profesionales de primer nivel de fútbol sino también varias actividades deportivas de elite. Los últimos años, para llegar a este engrandecimiento, se han tenido que aumentar los ingresos. Se han realizado campañas de captación de sponsors, venta de camisetas, hay escuelas de fútbol por todo el mundo... En resumen, un sinfín de actividades que ha comportado y no podía ser de otra manera un crecimiento del número de empleados del club a fin de poder conseguir estos objetivos económicos. Era una idea loable pero ello ha traído también un gasto muy importante en el aspecto salarial de todos los trabajadores y ejecutivos que tenían que poner en marcha y mantener este estatus y lógicamente eso ha influido en la masa salarial, sobre todo lo que se refiere al primer equipo de fútbol.
En circunstancias normales, las cuentas del Barça este año tendrían que haber sido reformadas, de una forma legal aunque peculiar, para haber podido presentar a la asamblea unos números que pasasen sin mayores problemas, aunque analizándolos en profundidad ya estábamos en pérdidas. Ahora, sin responsabilidad de nadie pero con esta plaga encima, se paralizan las competiciones, se pierde por el momento un 30% de los ingresos previstos. Esto en una sociedad que no pertenece monetariamente a nadie crea una situación de muy difícil resolución. Nadie va a poner el dinero como podría pasar en otra empresa para cubrir las pérdidas. Entonces, ¿qué hacemos? Aquí es muy difícil dar una solución pero es evidente que alguien tiene que hacer un planteamiento realista a todos los asalariados que están en nómina del club.
Otra salida, en estos momentos, yo no la veo. Mi duda es quién le va a poner el cascabel al gato. Un gato valorado y en ocasiones sobrevalorado. Ahora me acuerdo de Cruyff, de quien hemos recordado esta semana el cuarto aniversario de su fallecimiento: Johan habría reunido a jugadores y agentes y les habría dicho que ésta es la situación, ésta es la propuesta del club, y el que quiera estamos encantados que la acepte y el que no la acepte que traiga un club que pague el traspaso y que se vaya. Ya lo hizo cuando llegó y yo estuve presente entonces. Tres jugadores se fueron y el club siguió. Ahí está la clave, lo más importante es el club. Los jugadores son necesarios pero sin club, ¿para qué quieres jugadores? Como decía una película, Salvemos al soldado Barça
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