Fangio, un gran documental
El viernes pasado, en el canal ESPN de Sao Paulo, durante dos horas, estuvo Romario en un programa semanal que presenta Sorín, el argentino que llegó a jugar en el Barça, y en este caso también estuvo Djalminha, el centrocampista del Deportivo. Romario ha pasado unos momentos complicados por una enfermedad ya superada y ahora sigue como senador del país -allí son ocho años de mandato- y estuvo francamente simpático (no sé por qué en el juicio de Rosell hizo unas declaraciones inapropiadas pero creo que iban contra el presidente de la CBF). Dijo claramente que el mejor entrenador que había tenido era Cruyff. Que el jugador que le había pasado más balones había sido Stoichkov, después Laudrup y también Guardiola. Cuando le preguntaron por qué no entrenaba estuvo en fenómeno. “No es que no entrenase, mientras los otros corrían yo buscaba dentro del área la manera de hacer goles”. Se arrepintió del codazo a Simeone porque dijo que es un hombre de paz. Quiere presidir el América de Río, club pequeño del que era socio su padre. Juega todas las semanas al futvoley en Copacabana y su sueño sería llegar a ser presidente de la CBF. Un Romario único como aquel gol suyo al Madrid
HEstos días de reclusión te dan para ver documentales y películas para salirse de la machacona información de lo que está pasando. El jueves, Juan Mateo, el que me informó en el año 2000 de la existencia de Leo Messi, me dice que ha visto una película documental llamada Fangio. La encuentro en Netflix y es realmente espectacular. En los años 50, un pequeño y gordito corredor ganaba casi todas las carreras automovilísticas. Hasta cinco títulos mundiales se llevó. Yo le vi correr en Barcelona. Los coches salían de la Avenida Diagonal, subían a la Carretera de Esplugues, llegaban a la cruz de Pedralbes y entonces bajaban toda esa avenida Pedralbes hasta llegar otra vez a la Diagonal. Mi hermano Ramón y yo estuvimos invitados por nuestro tío, también llamado Ramón, que era un loco de la mecánica y trabajaba en Alsina Graells. Nos llevó dos veces y aún tengo guardado este recuerdo. Con la película lo he pasado fenómeno
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