N Rafa, que cumple 34 años el 3 de junio, se quedó sin una agenda que tenía novedades este curso n En septiembre, si hay tenis, defensa de US Open y Roland Garros sin apenas interrupción y preparación
n Rafa Nadal se ha involucrado en la lucha contra la pandemia global de coronavirus aportando mediante el confinamiento en casa encomendado oficialmente y propulsando, junto a su amigo Pau Gasol, la campaña #nuestramejorvictoria para que los deportistas españoles hagan aportaciones económicas al proyecto ‘Cruz Roja responde’.
El éxito le está respondiendo como en las pistas antes del parón por el COVID-19. Nadal detuvo oficialmente su actividad ganando el título del ATP 500 sobre pista dura de Acapulco, en México, tras haber hecho final con España en la ATP Cup y no pasar de cuartos en el Open de Australia, víctima de Dominic Thiem.
Fue a continuación a Indian Wells, vía una exhibición contra Grigor Dimitrov en Atlanta, pero el primer Masters 1000 ATP en suelo estadounidense constituyó el principio de la clausura del ATP Tour, por ahora hasta el 7 de junio.
También el llamamiento a los deportistas ha calado, y las respuestas se suceden, desde todas las disciplinas, ya sea Marc Márquez, Sergio García, Iker Casillas o colegas de raqueta como Roberto Bautista o Garbiñe Muguruza, por decir algunos ya que la lista no para de crecer a diario.
El manacorí se ha quedado sin su tierra batida europea, el punto fuerte de la campaña, el termómetro que registra la temperatura de su tenis, física y mentalmente, desde el debut en Montecarlo a la eclosión de Roland Garros, pasando por Barcelona, Montecarlo, Madrid y Roma.
Él mismo ha puesto la cruz a estos eventos en el programa que tenía previsto, según ha desvelado ahora. Había cambios importantes diseñados respecto al curso anterior, condicionados especialmente por unos Juegos Olímpicos de Tokio 2020 ahora ya aplazados hasta 2021.
En la relación de eventos de Rafa Nadal no se hallaba Miami, Masters 1000 ATP que no disputara en 2019 por lesión de rodilla, aunque hubiera sido una opción de no haber conseguido el resultado esperado en Indian Wells.
Como de costumbre, entre Roland Garros (ahora aplazado hasta septiembre, del 20 al 4 de octubre) y Wimbledon, sin actividad en el ATP Tour, ultimando la preparación en hierba en alguna exhibición londinense previa. El torneo del All England Lawn Tennis Club puede quedar cancelado la semana que viene, aunque existe una tabla de salvación que pasa por posponerlo hacia las fechas que originalmente ocupaba la cita olímpica nipona.
En la pista dura estival, sólo cabían los Juegos y el US Open, donde debería defender título, al igual que en París, del 31 de agosto al 13 de septiembre. No aparecen los Masters 1000 ATP de Canadá, que ganó el curso pasado, y Cincinnati, en previsión de una experiencia olímpica positiva de quien tiene el oro individual (Pekín 2008) y de dobles (Río 2016, con Marc López).
No desvelaba más allá del Masters 1000 ATP de Shanghai, ya en octubre y en el que había de ser su retorno tras ausentarse en 2019, cubriendo este hueco con su boda con Maria Francisca Perelló.
Toda la agenda acabó siendo torpeada por el coronavirus, que no hace excepciones. Rafa Nadal, que ha sufrido muchos meses de dique seco consecutivos por problemas físicos, tendrá este bagaje a su favor para cuando se produzca el retorno, quizás ya con 34 años, que cumple el 3 de junio. No será en París, que espera a su campeón en septiembre, aunque este auténtico desafío todavía está a expensas de cómo evolucione la pandemia mundial.
Si hay más tenis en 2020, Nadal vivirá una extraña lucha contra Novak Djokovic, nº 1 en un ranking congelado, y Roger Federer, de baja tras operarse de rodilla pero que debería volver en junio. Será un rompecabezas de campaña. Más si los tres Grand Slams que quedan por disputar se desarrollasen en apenas un par de meses, en otras tantas superficies distintas y con cambios de continente por en medio. Además, sin apenas opción de preparar el asalto a cada uno de ellos en ciertas condiciones. Sería para supervivientes
H