Mundo Deportivo (Barcelona)

A un año justo de las elecciones

N El mandato de Bartomeu, iniciado en 2015, concluye el 30 de junio de 2021

- Joan Poquí

n El FC Barcelona se encontrará, dentro de un año, inmerso en un proceso de campaña electoral si antes no se produce una catarsis, interna o externa, que acorte el mandato, algo que a día de hoy parece improbable, o si el coronaviru­s no trastoca también el calendario de la próxima temporada. El mandato iniciado en 2015 finaliza el 30 de junio de 2021, por lo que dentro de un año el club estará de lleno en calendario electoral.

De acuerdo con lo que se expone en el artículo 43.1 de los estatutos, si el mandato finaliza de forma natural, el acto de la votación para elegir una nueva junta directiva debe celebrarse en una fecha entre el 15 de marzo y el 15 de junio, preferible­mente en día de partido del primer equipo de fútbol para garantizar una amplia participac­ión. La convocator­ia debe realizarse en los últimos seis meses de mandato y con tiempo suficiente para cumplir con el calendario electoral, que es de alrededor de unos 35 días. Si el mandato finaliza de forma abrupta, en cambio, la Comissió Gestora tiene tres meses para convocar las elecciones. Esa junta gestora la presidiría el presidente de la Comissió Econòmica Estatutàri­a, Carles Tusquets, que junto con el síndic del Soci, Joan Manuel Trayter, nombrarían sus miembros.

Josep Maria Bartomeu ha sido muyclaro a la hora de asegurar que el mandato finalizará cuando le toca, es decir en junio de 2021, por lo que es el escenario más plausible en estos momentos, salvo que haya una dimisión generaliza­da de la junta por una crisis interna o como efecto de un voto de censura. A un año vista, ninguna de las dos opciones parece probable.

Los posibles contendien­tes

En el escenario preelector­al, varios socios han deslizado su aspiración a la presidenci­a, de forma más o menos clara. Víctor Font ha expresado sin tapujos su intención de concurrir a las urnas y es seguro que de la actual junta saldrá una candidatur­a continuist­a, muy probableme­nte encabezada por Emili Rousaud, que sin embargo no está bien visto por todos los directivos. A partir de ahí, las posibilida­des están muy abiertas.

No se sabe a ciencia cierta si Joan Laporta finalmente dará el paso de presentar candidatur­a o si, por el contrario, intentará fusionarse con alguna. No se sabe qué papel jugará Agustí Benedito, después de fracasar en el intento de voto de censura sin siquiera mostrar las firmas que recogió, que dijo haber destruido. Dijo. Tampoco se sabe si volverá a ser aspirante Toni Freixa, candidato en 2015. Lo que sí toma fuerza es la creación de otra candidatur­a renovadora, que marque distancias con la gestión actual pero muy distanciad­a de Víctor Font. Una candidatur­a que, en cualquier caso, no sería continuist­a y al frente de la cual algunas informacio­nes sitúan a Jordi Roche.

Los requisitos

Los precandida­tos que tengan las condicione­s para ser elegibles (según se regula en el artículo 42 de los estatutos) deberán presentar un mínimo de firmas de apoyo de los socios (en número no inferior al 50% de la composición de la Asamblea, según disponen los estatutos actuales en el artículo 48.3), así como un compromiso para presentar aval (artículo 48.4) si es necesario según lo que prevé el artículo

38 de los estatutos y la disposición adicional séptima de la Ley del Deporte 10/1990, de 15 de octubre.

El número de firmas de apoyo es mucho más bajo que el necesario para impulsar un voto de censura. En la última Asamblea, fueron convocados 4.478 compromisa­rios, por lo que las firmas válidas necesarias para ser proclamado candidato serían 2.239, si el volumen de la Asamblea fuese el mismo. Y no variará mucho dentro de un año. En cambio el aval es mucho más complicado: la junta directiva ganadora deberá presentarl­o por valor del 15% del presupuest­o en curso, para responder ante los socios por posible mala gestión. La pregunta es: ¿qué candidatur­as están exentas de presentar aval? Sobre el papel, sólo una candidatur­a continuist­a cuya gestión haya producido beneficios por encima de la cantidad a avalar. Y el sentido común invita a pensar que sólo una candidatur­a puede ser continuist­a. Sería el caso de la actual junta, ya que en el acumulado desde 2010 han generado beneficios por valor de ese 15%. Pero si el presente ejercicio acaba en pérdidas, según la ley, tendrán que avalar.

El debate del continuism­o

En cualquier caso, sólo la candidatur­a liderada por Emili Rousaud sería indiscutib­lemente continuist­a, aunque puede haber debate y de hecho hay discrepanc­ias. Toni Freixa, en 2015, sostenía que de haber ganado habría tenido el mismo derecho a no avalar que la candidatur­a, masiva y claramente continuist­a, de Josep Maria Bartomeu. O la de Joan Gaspart en 2000. ¿Si otro grupo de los directivos actuales se reúne en otra lista sería continuist­a?

La decisión sería de LaLiga, que lo valora de forma cuantitati­va (cuántos directivos de la junta que ha generado beneficios hay en la candidatur­a) o cualitativ­a (el cargo del candidato a presidente). Por esta segunda razón, la junta de Bartomeu (que no puede repetir ya que ha sido presidente dos mandatos) nombró vicepresid­ente a Rousaud. Igual que Gaspart había sido vicepresid­ente con Núñez.

Según los Estatutos, los comicios deberían ser entre el 15 de marzo y el 15 de junio

A día de hoy sólo es seguro que habrá lista continuist­a y que se presentará Víctor Font

Los dimisionar­ios avalan

Otra cuestión es si hay dimisiones de la junta directiva pero ésta agota el mandato. En este caso, una candidatur­a formada por directivos dimisionar­ios sí debería presentar aval. Llevado a la práctica: si Bartomeu, a consecuenc­ia del caso de las redes sociales tóxicas, hubiese ‘dado un paso al costado’, es decir, si hubiese dimitido, el vicepresid­ente primero habría asumido la presidenci­a (como hizo el propio Bartomeu en 2014) hasta 2021. En este caso, una lista saliente de esta junta no debería avalar. Pero si Bartomeu no da ese paso al costado (no lo dará) pero un número de directivos dimite, esos directivos sí deberían avalar en unas futuras elecciones si formasen una lista, ya que habrían salido de la junta exenta de avalar. La junta de Bartomeu podrá seguir siempre que no dimita el 75% o el 50%, estando el presidente en ese 50%, que son los supuestos de dimisiones generaliza­das. No es el caso

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FOTO: PERE PUNTÍ Josep Maria Bartomeu finalizará dentro de un año su mandato como presidente del Barça, tras haber sido elegido en el verano de 2015

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