Mi particular homenaje
os dejó Radomir Antic, un gran hombre del fútbol. Le conocí cuando Vujadin Boskov lo trajo al Zaragoza en una pretemporada en Bulgaria, en 1978. Vino a jugar un par de amistosos y fichó por dos temporadas.
Venía del Fenerbahçe, pero siempre nos hablaba del equipo de su vida, el Partizan de Belgrado, donde jugó siete temporadas y ganó la liga dos veces. En España sólo jugó en el Zaragoza y enseguida mostró su extraordinaria técnica en el golpeo en largo, al estilo Koeman pero con ambas piernas. Jugaba de líbero, con gran maestría por detrás de la defensa. Utilizaba 'la bicicleta' en su propia área para salir con el balón controlado, para el gran asombro de todos los aficionados. En muy poco tiempo nos hizo admirar su autoridad y personalidad en el campo, incluso marcando goles en faltas y córners. Era muy familiar y su esposa Vera e hijos, Dusan y Ana, solían estar cerca de él. Dejó grandes amigos en Zaragoza cuando se fue al Luton Town. Sus inicios como entrenador en el Partizan le hicieron triunfar antes de regresar en el 88 al Zaragoza. Yo acababa mi etapa en el Barça y me animó a volver, en una charla en la que me presentaba sus ideas futbolísticas, probando por ejemplo a Juan Señor, de baja estatura y gran calidad, como defensa central.
En el Madrid le destituyeron siendo líder y el Oviedo fue el trampolín para que le llamase Jesús Gil. En el Atlético logró su mayor éxito con el doblete del 96. En el centro del campo estaba Simeone, que seguramente algo aprendió de Rado. Sustituyó en 2003 a Van Gaal y rectificó una mala temporada consiguiendo clasificar al Barça en UEFA. Clasificó a Serbia para el Mundial de Sudáfrica y sus últimas experiencias fueron en China.
Nos ha dejado con una profunda tristeza. Descansa en paz, nuestro amigo Rado, el gran Radomir Antic
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