Lautaro Martínez, el fichaje del año y el fin del mundo
En el Barça, a veces, pasa un fenómeno que se va repitiendo. La secretaria técnica se fija en un jugador y le pretende, obsesivamente, para reforzar la plantilla. El entrenador le quiere, la directiva da el visto bueno, la prensa se entera y el aficionado está al tanto de cuándo se concreta la operación. Pero la negociación es larga, el fichaje se dilata, los mercados tienen sus tiempos y el culebrón crece por capítulos. Mientras, el rival, sabedor de la voluntad del Barça, no lo pone fácil. Ni barato. Es el efecto de bola de nieve. A más hablar de un jugador, parece que más necesidad hay de él y que, como de ilusión también se vive, acaba por ser un objetivo que o se alcanza o es un fracaso. Pasó con Cesc. Era él o el caos. Se esperó un año entero, se desestimaron otros fichajes y, al final, llegó Fàbregas, aplaudido por todos. Tres años después, sin ser el solucionador que se esperaba, se fue por la puerta de atrás. Luego pasó algo similar con Coutinho... Sin comentarios. Y, con Lautaro Martínez ¿no pasa lo mismo? El Inter no bajará de los 111 millones sumando ‘cash' o especies. El jugador parece muy bueno, joven y un relevo ideal para Suárez... Pero tiene 22, marca un gol cada dos encuentros y lleva sólo cuatro años de profesional. No tendría que ser o Lautaro o el fin del mundo. Los jugadores pasan, el Barça queda
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