Vuelve el fútbol, el Barça espera
Casi me había olvidado de ver fútbol en directo por televisión. El sábado ya fue otra cosa. A partir de las 15.30 h., en el estadio del Borussia estaba todo a punto: las sillas perfectamente alineadas en las gradas, todo simétrico como corresponde a un estadio bien organizado, aunque vacío total y unos deportistas que salen al terreno de juego. La primera impresión fue de extrañeza, que íbamos a ver un partido diferente, una nueva manera de presenciar el fútbol profesional.
Será difícil acostumbrarse, teniendo en cuenta que el fútbol se ha convertido en un deporte de masas, en el que los aficionados cantan, agitan sus banderas y van vestidos con las camisetas de sus equipos. Por momentos parece un entrenamiento a puerta cerrada. En este sentido me da la impresión de que los jugadores no tendrán demasiados problemas de adaptación porque ellos practican este deporte mucho más tiempo sin público -todas las horas que se pasan entrenando-, que con las gradas llenas. La liga alemana tiene que ser el botón de prueba para ver cómo funciona esta situación. Si como esperamos, no hay incidentes graves, en pocas semanas tendremos fútbol español, italiano y quizá también inglés.
Hay muy poco más que añadir a esta situación. Solo esperar a que todo vaya bien y que no perjudique más las competiciones y, en especial, las arcas de los clubs profesionales. En este aspecto, esta semana, la junta directiva del Barça efectuó una reunión telemática para analizar la situación, ponerse al día en muchas cosas y, sobre todo, ver qué hay que hacer para que se pueda ir saliendo de este bache.
El tema principal y más preocupante ahora mismo es la situación económica que ya venía tocada por unos gastos e inversiones desmesurados y que, en circunstancias normales, ya habrían dado unas pérdidas importantes en la contabilidad. Ahora, con la llegada del ‘bicho’ y la paralización total, las perspectivas negativas para el final de temporada se han agravado de forma importante. Para aliviar esta realidad se propone hacer algunos movimientos de jugadores sin hacer movimientos de caja en los mismos. Es curioso que todo el mundo recuerde lo de Cillessen y Neto, cuando esta práctica la inventaron los italianos hace ya muchos años intercambiándose jugadores por impresionantes cantidades en millones de liras. Ello llevó a una situación muy negativa en los clubs como se ha demostrado en las últimas temporadas de los grandes, en especial del Milan, Inter, Fiorentina y la desaparición del Parma. Es hacer números sin que se mueva la pasta.
Ahora, la propuesta del Barça es hacer un canje, seguramente con la Juve, entre 70 y 90 millones de euros, a base de intercambio de jugadores. Habrá que convencer a algunos futbolistas y también adecuar los contratos -manifiestamente superiores los que tiene suscritos en el Barça con respecto a lo que pueda pagar otro equipo-, si bien en Italia, con la normativa fiscal que se activó el año pasado que favorece la contratación de jugadores del exterior, puede ayudar en la operación. Todo esto esperando que vuelva el fútbol de aquí, que nos distraigamos y podamos hablar de la pelota, no de todos estos intríngulis que me ponen de malhumor.