Las botas mágicas de Lautaro
Se las regaló al goleador de Liniers y salieron campeones
n Tanta complicidad con el gol generó Lautaro Martínez que sus botas también regalan alegrías aunque sean utilizadas por otros futbolistas. Hasta ahora hay una prueba. Lo certifica Julio Daniel Acosta, goleador histórico de Liniers de Bahía Blanca, club donde nació el crack cuyo fichaje persigue el FC Barcelona.
“Lautaro me regaló un par de botas a mediados del año pasado, antes de volverse a Italia. Muchos los guardarían de recuerdo así como él me los dio, impecables. Pero antes decidí usarlos. Ymetrajeron suerte. Con las botas de Lauti hice goles y salimos campeones”, le cuenta Julio Acosta a Mundo Deportivo.
Julito, así le llaman, tiene 36 años. Nadie hizo más goles que él con esa camiseta negra y blanca que adora Lautaro: “Ya llevo 260 y pico”, puntualiza. Acosta, nacido en General Conesa, priorizó sus estudios de ingeniería industrial (inconclusos) y resolvió no moverse de Bahía Blanca antes que apostar por el fútbol.
La vida de Julio Acosta, casado con Pamela y con un hijo, Tiago (3 años), se reparte entre la parada del mercado que atiende cada día y los goles que sigue convirtiendo en Liniers. Ya pasó casi un año de aquel regalo mágico, pero refresca cada detalle con precisión absoluta: “Lautaro pasó unos días por Bahía para estar con su familia y, como hace siempre, porque es humilde y muy hincha de Liniers, vino al club a entrenarse con nosotros. Las canchas no estaban tan buenas como ahora. La pelota picaba para cualquier lado y hasta se exponía a doblarse un tobillo”. Continúa el goleador: “Terminamos y nos pusimos todos a hacer estiramientos en el mismo campo. Lauti se sacó las botas, las dejó en el césped y se acercó a los hinchas que lo estaban esperando. Estuvo un rato ahí. Entonces, yo tomé sus botas impecables y las escondí. En ese mismo lugar donde estaban le dejé las mías, que eran un desastre, jajajaja. La cuestión fue que volvió y empezó a preguntar. Todos nos hacíamos los distraídos y nos reíamos. El también se reía. Pero me descubrió rápido: ‘¿Dónde están las botas? Seguro que fue Julio. ¿Fuiste vos, Julio?’, me preguntó”.
¿Cómo fue el epílogo de ese momento? “Se los quise devolver ahí no más, pero no quiso saber nada: ‘Son tuyos, ¿los querés? Te los regalo’, me dijo. Y acá los tengo”.
“Julio es el ídolo de Lautaro”
Un testigo confiable de aquella postal en la intimidad del camarín, Carlos Pablo, presidente de Liniers, asegura: “Julio es el ídolo de Lautaro. Ellos tienen 14 años de diferencia, pero Lautaro desde chiquito iba a la cancha, es fanático de Liniers y gritaba los goles de Julio. Yo vi ese momento de las botas y te puedo decir que parecía más contento Lautaro que Julio”.
La cuestión es que Julio Acosta, aprovechando que su número de calzado es igual al de Lautaro, empezó a jugar con esas botas naranjas y mal no le fue: “Hice como ocho o nueve goles y salimos campeones de la Liga del Sur. Era obvio: rematan solos esos botines, ¡ja, ja, ja! Los usé en casi todos los partidos y todavía los sigo usando”. Y fue campeón
“Marqué ocho o nueve goles con esos botines naranjas”, recuerda Acosta
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