Mundo Deportivo (Barcelona)

Diecisiete finales

- Fernando Polo Lluís Canut

n El Barça lleva ya un par de años mirando el mercado para fichar un delantero centro de nivel para suplir a Luis Suárez. El perfil deseado era un futbolista que aparte de jugar de ‘nueve’ pudiese actuar también con garantías en otras zonas de la línea de vanguardia. Han sido varios los delanteros analizados y seguidos: el gran objetivo actual, Lautaro Martínez (Inter de Milán); el ya fichado Antoine Griezmann; Harry Kane (Tottenham), Erling Haaland (Borussia Dortmund), Luka Jovic (Real Madrid, antes Eintracht Frankfurt); Pierre-Emerick Aubameyang (Arsenal) y Rodrigo (Valencia) en el pasado mercado de invierno... Pero también hubo un intento muy serio por un jugador que cuadraba perfectame­nte dentro del retrato robot descrito anteriorme­nte: Marcus Rashford (Manchester United).

En 2018, el área deportiva del club azulgrana ya estaba inmersa en esta misión, pocos meses después de que Griezmann diese la ‘espantada’ en el primer intento del Barça de ficharlo. Se buscaba un punta con gol pero a la vez desequilib­rante, en la línea de Neymar, joven para poder ir tolerando no ser titular fijo de entrada, con cierta experienci­a en la elite y con un contrato que dejase a su club en una situación de debilidad. Por aquel entonces, con 21 años, Rashford acababa contrato en 2020, con lo que el United o lo renovaba o lo tenía que vender en 2019 porque un año después quedaba libre.

Con esa situación contractua­l, el Barça decidió probar a ver cómo respiraban Rashford y su entorno, enunostiem­posmuyconv­ulsospara el Manchester United. La reacción que se encontró el club culé fue alentadora. Al jugador le ilusionó la posibilida­d de recalar en el Camp Nou y de dar un evidente paso adelante en su carrera y también a nivel económico.

Las conversaci­ones las llevaron los responsabl­es del área deportiva azulgrana con los hermanos del jugador, que son los que se encargan de negociar sus contratos. Esos contactos se fueron produciend­o entre finales de 2018 e inicios de 2019. En paralelo, el Barça también monitoriza­ba a Luka Jovic, entonces en el Eintracht, un delantero que cumplía el prototipo de punta joven y con buena pinta que podría no reclamar de inicio la titularida­d y podía crecer a la sombra de Suárez. Más o menos lo que proyectó el Real Madrid para el serbio con Benzema cuando apostó por su fichaje. También por esas fechas el Barça recibió los primeros mensajes de un Griezmann arrepentid­o por su negativa a ir al Camp Nou del verano anterior y dispuesto a recalar, ya en 2019, en el club azulgrana. Sin embargo, la opción Rashford no se abandonó porque era muy completa en todos los sentidos.

Quien sí abandonó, finalmente, fue el delantero inglés. Cuando las negociacio­nes fueron tomando cuerpo, y después de que sus hermanos se comprometi­esen con el Barça a no renovar y a forzar una salida del United en 2019, al chaval le entró el vértigo. Dudó sobre si ir al Camp Nou con 21 años era lo mejor, sobre si se adaptaría a un fútbol diferente y a un vestuario lleno de estrellas, a una cultura futbolísti­ca y a una lengua distintas... Por eso comunicó a sus hermanos que finalmente prefería quedarse en Old Trafford al menos dos o tres años más, al abrigo de un club al que llegó con 7 años, en el que es estrella, y con un técnico, Ole Gunnar Solskjaer, que le aprecia mucho.

Las dudas también le entraron porque el United, viendo las informacio­nes que llegaban de Barcelona vía MD, constataro­n con sus hermanos que sí, que el peligro de perderlo era real, y decidieron sacar la chequera y hacerle una oferta tentadora: 280.000 euros por semana durante los siguientes cinco años. Es decir, más de 14 millones por temporada. El 1 de julio de 2019, el United anunciaba la renovación de Rashford hasta 2023, con otro año opcional. Quién sabe si el tren del Barça volverá a pasar para el atacante inglés

Ha reanudació­n de la temporada del coronaviru­s no tan solo nos ofrecerá la imagen insólita de ver las gradas de los estadios vacías y con unos calendario­s muy comprimido­s para completar los partidos pendientes de las ligas domésticas, más las eliminator­ias de las competicio­nes continenta­les. A diferencia de lo que sucedía en los inicios de temporada, tras completar los futbolista­s las vacaciones estivales, el escenario será muy diferente, ya que el ritmo de competició­n en aquellas circunstan­cias es creciente a medida que avanzan las jornadas, con todo el margen de oportunida­des que concede la numerosa cantidad de puntos que quedan en disputa.

Ahora será muy diferente porque entraremos directamen­te, después de tres largos meses sin fútbol, en el desenlace de las competicio­nes, en la que el Barça, por ejemplo, tendrá que hacer frente a un total de diecisiete finales, si quiere conquistar los dos títulos pendientes. A partir de que empiece a rodar la pelota no habrá margen de error y más cuando en la Liga se presume un reñido mano a mano con el Madrid y en Champions habrá que resolver de entrada la vuelta de los octavos contra el Nápoles, con un marcador incierto.

Por suerte para los blaugrana contarán con un Messi que ha podido recargar las baterías, tras llegar muy agotado al parón, más el refuerzo inesperado de un recuperado Luis Suárez, que será el gran fichaje del mercado del coronaviru­s. Con ello al Barça le alcanza para todo y más H

A finales de 2018, el Barça se interesó por el inglés, que dio el ‘sí' a intentar el fichaje

Ya en 2019 se echó atrás: se veía muy joven para dar el salto y renovó con el United

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