El ejemplo del equipo Lotto-Soudal
Se habla mucho de la solidaridad del deporte con el resto de la sociedad, más aún en épocas de crisis como la que nos ha tocado vivir a raíz de la pandemia del coronavirus, pero pocos gestos tan cercanos como el que dio el equipo belga LottoSoudal. Los 27 integrantes–entre los que se encuentran pesos pesados del pelotón como Gilbert, Wellens, De Gendt, Ewan o Degenkolb– decidieron reducirse el salario “en solidaridad con los empleados y patrocinadores”. “En menos de un mes, más de un millón de personas están en desempleo temporal en Bélgica. Circunstancias especiales requieren medidas especiales”, dijeron en el comunicado emitido. Días antes, el equipo anunció un despido temporal que afectaba a 25 personas, entre mecánicos, conductores y fisioterapeutas
HDías después su presagio empezó a calar, sin hacer distinciones, ya se tratara de un equipo World Tour, de la máxima división, o UCI Pro Team, por no hablar de los equipos amateurs. Una afectación que no ha respetado a nadie, pero que sí ha variado su afectación en función de los patrocinadores. No es lo mismo que una entidad bancaria (Caja Rural) sustente la salud financiera de una formación ciclista, que lo haga una inmobiliaria (Quick-Step) o una marca de calzado (CCC). Astana, que ya empezó el año con problemas de pagos, rebajó un 30% el salario a sus ciclistas; CCC se quedó en una disminución del 50% cuando la primera propuesta era del 80%, aunque de cara al año que viene pierde al patrocinador que le da nombre; Bahrain-McLaren redujo el sueldo de sus corredores un 70%, EF Pro Cycling advertía que estaba en la cuerda floja e incluso Ineos, la empresa petroquímica que patrocina el equipo de Froome, Thomas, Bernal o Carapaz, pedía un préstamo de 56 millones. En España, la afecta
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