Victoria con ayuda y riesgo
N La atrevida apuesta de Zizou, sin Hazard y con James Rodríguez, dio sus frutos
n Los del Reale Arena - Anoeta para los nostálgicos- eran algo más que tres puntos. Una manida muletilla que siempre acompaña a los partidos trascendentales pero que volvió a cobrar sentido en la noche de ayer y esta vez con más razón que nunca.
Era el día D y la hora H y, si se permite, los puntos P porque, de traerlos a Madrid, los blancos se iban a colocar líderes del campeonato. Y de todo eso, el único que pareció no ser consciente fue Zidane. El galo, el hombre sobre la Tierra que mejor conoce ese vestuario, dio la sensación de querer burlar a las quinielas sobre su apuesta inicial y revolucionó el equipo en el día más importante. Un día poco apropiado para los experimentos, pero Zidane nunca fue de hacerlo fácil y sino que se lo pregunten a la plantilla de aquel Bayer Leverkusen.
Quizás lo hizo porque fue la primera salida del equipo lejos de Valdebebas, o porque aún tenía en la retina aquella eliminación copera del mes de febrero, pero lo cierto es que, fuera como fuere, una vez más terminó con victoria, que es lo que cuenta.
El técnico francés devolvió a James al oficio de futbolista. Enjauló otra vez al ‘Pajarito’ Valverde en la derecha igual que hizo ante el Valencia y apostó por combinar la locura de Vinicius con el temple de Benzema. Desprendió también al ‘9’ de su mejor socio en la plantilla, Eden Hazard, y dejó en el banco al ‘iluminado’ Marco Asensio.
De primeras: una sorpresa. Al descanso: un peligro. Tras noventa minutos: un liderato polémico. Y es que de salvavidas vive a veces Zidane. Y muy bien que lo hace, su vitrina no se queja. El de ayer llegó en forma de penalti dudoso, de la inestimable ayuda de un VAR, al que casi siempre tiene de su lado, y de un Vinicius sacrificado. Los siguientes factores aún están por descifrar, aunque puede que no disten mucho de los anteriores.
Lo que está claro es que el galo ahora ya se ha puesto primero, gracias al VAR, en esta carrera. De él y los suyos va a depender si el mes de julio es menos caluroso con una Liga bajo el brazo.
Pasan ahora a depender exclusivamente de sus resultados. Las finales, que ya lo eran, son ahora más finales. Los goles parecen valer doble y los nervios, aun sin la presión del público, pueden aflorar con más facilidad en las mentes más inexpertas.
Comienza otra nueva Liga dentro de este calendario tan apretado que, sin duda, será tan entretenida como la anterior
Vinicius, el siempre controvertido VAR y una pizca de suerte le dieron el liderato
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