El triunfo más luchado por Moore
N La estrella de la WNBA, que abandonó su carrera para luchar por la libertad de un reo, logra su objetivo
n Puestos a citar nombres de deportistas norteamericanos comprometidos con los causas sociales y la defensa de derechos civiles, los primeros nombres que vienen a la mente son los de Muhammad Ali o Colin Kapernick. El primero vio truncada su carrera pugilística cuando renunció a acudir a la guerra del Vietnam y el segundo no ha recibido contrato en la NFL desde que se arrodilló en protesta por la segregación racial.
Fuera de esos focos, sin embargo, se encuentra otra deportista también implicada que posiblemente haya sacrificado incluso más que ellos. Se trata de Maya Moore, considerada hasta no hace mucho por algunos como la mejor jugadora de basket del planeta.
Moore, estrella de la WNBA, lleva dos temporadas apartada del basket profesional y este año incluso renunció a la contienda olímpica para centrarse en luchar por la reforma de la justicia penal y la liberación de Jonathan Irons, un hombre que ella cree es inocente del crimen por el cual fue sentenciado a prisión.
“Estoy en un lugar realmente bueno en este momento con mi vida, y no quiero cambiar nada”, dijo Moore, una alero con ocho años de experiencia en Minnesota Lynx. “El baloncesto no ha sido lo más importante en mi mente. He podido descansar y conectarme con las personas que me rodean, en realidad estar en su presencia después de todos estos años en el camino. Y he podido estar allí para Jonathan”, dijo.
Irons, ahora de 39 años, a quien conoció en 2017 durante una visita al Centro Correccional Jefferson City en Missouri, logró la libertad esta semana después de ver revocada una condena que pesaba sobre él de 50 años por robo y agredir a un propietario con un arma.
Moore se encontraba afuera del centro penitenciario entre las personas que acudieron a ver su puesta en libertad el pasado miércoles. La jugadora aplaudió cuando Irons se acercó a un grupo de personas que lo esperaban, luego se puso de rodillas antes de unirse en un abrazo entre las personas ahí reunidas que esperaban a Irons.
Nacido en la pobreza extrema, Irons tenía 16 años cuando el incidente ocurrió en un suburbio de Saint Louis. El propietario testificó que Irons fue el autor del delito, pero no hubo testigos que corroboraran, huellas dactilares, huellas, ADN o evidencia de sangre para conectar a Irons con el crimen, dijeron sus abogados.
Irons, que es afroamericano, fue juzgado como adulto y declarado culpable por un jurado totalmente blanco. La familia de Moore había llegado a conocer Irons a través de un ministro penitenciario de la iglesia evangélica. Él y Moore se han convertido en amigos cercanos, aunque ella no habló sobre su vínculo como hermano hasta después de 2016, cuando comenzó a abogar por la reforma de la justicia penal
Maya conmocionó el baloncesto femenino el invierno pasado al anunciar que se tomaría una temporada libre para apoyar a Irons mientras apelaba su condena. Con solo 29 años en ese momento y aún en su mejor momento, dejó la puerta abierta para regresar a los Juegos Olímpicos este verano en Tokio y la WNBA, donde ha llevado al Lynx a cuatro campeonatos desde su temporada de novato en 2011. Finalmente dijo que estaba fatigada por el agotador calendario de todo el año que las mejores jugadoras de baloncesto soportan para complementar un salario de la WNBA de aproximadamente 120.000 dólares por temporada, aproximadamente una cuarta parte de lo que LeBron James gana en un solo partido de temporada regular.
Cuando se le preguntó si alguna vez volvería a jugar, Moore hizo una pausa para considerar su respuesta. “No creo que este sea el momento adecuado para que me retire”, dijo. “La jubilación es algo importante y hay una manera correcta de hacerlo bien, y este no es el momento para mí”
Considerada la mejor jugadora del mundo, lo aparcó todo por esta batalla social
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