El bueno, el CEO y el malo
Tiroteo en el rancho del Barça. De dentro hacia fuera y de fuera hacia dentro. La auditoría no ha sido el punto final esperado. El tema I3 Ventures está en el Juzgado número 13 y aparecen voluntarios para ir a declarar
Se han escrito de la auditoria muchas más páginas que las que contiene el informe de PwC. Un estudio de 326 folios que, a modo de conclusión, el FC Barcelona resumió en apenas cinco hojas. Lo subrayado en la comparencia oficial fue que tras cuatro meses de investigación se descartaba cualquier tipo de corrupción en la relación con I3 Ventures.
El portavoz del club y el director de los servicios jurídicos insistieron en dejar claro que nadie había metido la mano en la caja, ni el club había solicitado servicio alguno para menospreciar a jugadores, periodistas, opositores o personajes del entorno. Al mismo tiempo sí se reconoció que existieron irregularidades en el proceso de contratación con el fraccionamiento de facturas pero no hubo sobreprecio de mercado. Un tema, origen del debate, del que los mortales nos enteramos el 17 de febrero de 2020 a través de una información de la SER firmada por Sique Rodríguez, Adrià Soldevila y Sergi Escudero. Los periodistas, por cierto, no hablaron de corrupción. Esa palabra se escuchó dentro, en el club, y luego en RAC1 cuando el ya exvicepresidente Emili Rousaud se mostró convencido, ante Jordi Basté como notario, de que alguien se había llevado dinero. La trifulca consiguiente fue de órgano y seis directivos (uno de ellos por razones personales ajenas al caso) presentaron su dimisión
Eso de I3 Ventures que supimos en febrero, lo del contrato trianual de un millón de euros y lo de las facturas fraccionadas por debajo de los 200.000 para evitar los controles internos se sabía, sin embargo, en el club tres años antes.
Fuentes consultadas, que como la Compliance Officer Noelia
Romero (suspendida de empleo y suelo y a hora de baja) se ponen a disposición del juzgado número 13 que investiga el caso, para declarar al respecto sobre un asunto que arrancó en octubre de 2017 del que hubo conocimiento interno en febrero de 2018.
La razón por la que saltó la liebre fue la llegada de una factura de casi 200.000 euros a la oficina de Hong Kong que, obviamente, no podía ser firmada por ningún alto ejecutivo de la sede central de Barcelona, sino por el responsable de la delegación, Xavier Asensi (hoy director comercial).
Asensi, que ni le constaba relación alguna con las empresas sudamericanas Coyote y Bigdata, puso el caso en conocimiento de sus inmediatos superiores, Francesco Calvo en el escalafón ejecutivo y Manel Arroyo, vicepresidente del área en cuestión. Ambos le aconsejaron no firmar y ambos tuvieron una discusión subida de tono con el presidente Bartomeu porque en el departamento no constaba ni siquiera un reporte ni nada que hiciera razonable el pago retroactivo de esa factura. Seis contratos valorados en 1,190 millones por un trabajo que no conocían ni en
Hong Kong ni en el área comercial de Barcelona y que supuestamente se había iniciado en octubre de 2017. La relación del club con I3Ventures se prolongó los años siguientes y la auditoria de PwC concluye que parte desus trabajos han sido incompletos.
Total que después de esperar cuatro meses el informe de PwC lo que se suponía sería un punto final es sólo un punto seguido. El caso está siendo investigado por el Juzgado número 13 de Barcelona en un contexto complicado. Es el último año de Bartomeu, que no puede presentarse a la reelección, su gente de más confianza sabe que le quedan meses en el club y hay cola para entrar y hacer limpieza en todos los departamentos. Sálvese quien pueda. Tiroteo, de dentro a fuera y de fuera a dentro, en todas trincheras y música silbada del recién fallecido Ennio Morricone. Un ‘ revival’ de El Bueno ( Bartomeu, según el análisis interno de la auditoria), el Feo ( Òscar Grau, el CEO señalado por ser el presunto ejecutivo autorizó/consintió el fraccionamiento de las facturas) y el Malo ( Jaume Masferrer, director del área de presidencia y máximo candidato a pagar con su pellejo la campaña de difamación que nadie contrató pero que ha existido)
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