Mundo Deportivo (Barcelona)

Una Liga perdida en 10 episodios

- Xavier Bosch

1. LA CHILENA DE ADURIZ

Primera jornada de Liga en San Mamés, campo difícil pero propicio para el Barça. Partido para ganar que se pierde, en el último minuto, por el mejor gol de la temporada. Aduriz entró en el campo para el descuento y, al primer balón que tocó, se marcó el tijeretazo del siglo. Su último gol como profesiona­l. El Barça a remolque desde la jornada 1. En el primer año de Valverde se ganó la Liga perdiendo un solo encuentro, cuando ya era campeón. En la segunda temporada, se perdieron sólo tres. Empezar con una derrota, mal presagio. Y otro síntoma de cómo irían las cosas: Messi estaba de baja, Luis Suárez se lesionó en la primera parte y Dembélé en la última jugada. Empezaba el calvario.

2. LA LESIÓN DE DEMBÉLÉ

Valverde sólo pudo contar con el extremo francés en cinco encuentros de Liga. Setién, ya, ninguno. Cuando el entrenador cántabro se mostraba ilusionado por el retorno inmediato del francés, que se había roto el bíceps femoral de la pierna derecha ante el Borussia a finales de noviembre, se rompió por el tendón femoral y tuvo que pasar por el quirófano y, hasta hoy, nunca más se supo. A pesar de ser irregular e inconstant­e en su rendimient­o, Dembélé es -después de Messi- el único jugador con uno contra uno, dribbling y velocidad. Sin él, el Barça ha sido más previsible y monótono. Una baja fundamenta­l durante todo el curso.

3. EL TSUNAMI DEL CLÁSICO

El 26 de octubre debía disputarse el Barça-Madrid de la primera vuelta. Sin embargo, la amenaza de Tsunami Democràtic de montar una gran protesta por ese día, el miedo a la invasión de campo y a los altercados alrededor del estadio tras la sentencia del Estatut, hicieron que el Comité de Competició­n aplazase el encuentro. Deportivam­ente, una lástima. El Barça iba líder, podía dejar el Madrid a cuatro puntos y encadenaba una magnífica racha de cuatro victorias consecutiv­as y tres partidos sin encajar un gol. En cambio, cuando se jugó finalmente el partido, con un clima enrarecido, el Madrid ya estaba en dinámica positiva y el Barça andaba ya renqueante. El empate a 0 fue un mal menor.

4. EL ENERO DE ABIDAL

En la ventana de fichajes del mes de enero, Abidal no estuvo acertado. La necesidad económica se impuso a la parte deportiva. Sólo así se entiende que, con Luis

Suárez pasando por el quirófano y perdiéndos­e, por entonces, lo que quedaba de Liga, la dirección deportiva no fichase un ‘9’, cuando en la plantilla no había un recambio. Además, se traspasó al único extremo puro, Carles Pérez, y se cedió a Aleñá al Betis porque Valverde no le utilizaba para nada. Pero, claro, a la que se echó al entrenador y llegó uno nuevo que sí quería contar con él, ya no le tenía. Ya fuera de mercado y tras la nueva lesión de larga durada de Dembélé, se fichó a Braithwait­e tras un cásting sorprenden­te.

5. EL RELEVO DE VALVERDE

El equipo andaba tieso. Se jugaba como se entrenaba, más bien poco. Valverde concedía los días de fiesta que le pedían y, además, se perdió la Supercopa de forma sorprenden­te. Pero más sorprendió la decisión de cambiar al entrenador cuando el equipo iba líder (empatado a puntos con el Madrid) cuando no le echó tras el 4-0 de Liverpool. Había ganado dos Ligas, podía ganar la tercera, pero decidieron dar un “nuevo impulso” con Quique Setién, tras la negativa de Xavi de coger las riendas del equipo. Lo peor del episodio: la sinceridad pública de Abidal de señalar a los jugadores por el adiós de Valverde. Ese fue un punto de no retorno. Nombraron a Abidal por su buen rollo con el vestuario y, de pronto, se quedaron sin cadena de transmisió­n.

6. EL 2-0 DEL BERNABÉU

Quique Setién llegaba al decisivo partido del Bernabéu dos puntos por delante del Madrid. Ganar significab­a el golpe a la Liga. Cinco puntos más el ‘goal-average’. El día del partido, La Vanguardia titulaba así una entrevista a Setién: “Voy al Bernabéu a disfrutar”. Pues no. Difícil disfrutar, con Umtiti de titular. Braithwait­e la tuvo, pero no entró. En el minuto 70, el 0-0 era un muy buen resultado para el Barça. El 2-0 final, nefasto. Ponía líder al Madrid. Los tres puntos y medio de aquel partido han terminado por ser decisivos. Pocas veces un Clásico ha sido tan fundamenta­l para una Liga.

7. UN LÍDER CONFINADO

La pandemia paró la vida y el fútbol a mediados de marzo. A esa fecha, el Barça volvía a ser líder gracias a un penalti transforma­do por Messi ante la Real Sociedad y al ‘Tellazo’ del Betis ante el Madrid. De haberse suspendido la Liga (como en Francia, como en el fútbol femenino, como el balonmano), el Barça hubiera sido campeón… Pero quedaban 11 jornadas por disputar y los intereses económicos, la LFP y la necesidad de Pedro Sánchez de distraer al personal, provocaron que se retomara una Liga exprés de formato matador. Un partido cada tres días, con una plantilla corta y al límite, ha sido una tortura para el Barça. Tras dos meses parados y sin pretempora­da, el tono físico del equipo azulgrana ha sido el que ha podido ser. No daba para más.

8. TRES EMPATES MATADORES

El calendario de las 11 jornadas tras la pausa, era más difícil para el Barça que para el Madrid. De todas formas, era previsible que todos se dejasen algún punto. Pero el Barça, con buenas primeras partes e irritantes segundos tiempos, cedió dos empates en Sevilla y Vigo. Demasiado pronto se regaló el liderato y, ya con el empate ante el Atlético, el Madrid se sintió cómodo con el colchón de cuatro puntos. Podía permitirse dos empates y, aun así, sería campeón. Hasta anoche, la racha del Barça postcovid no fue mala… Pero la del Madrid resultó impecable.

9. FALTAN GOLES DE MESSI Y SUÁREZ

Al final, al Barça le han faltado goles en demasiados partidos. A pesar de que hasta 17 jugadores distintos han marcado en Liga, han faltado que el tándem infalible de los últimos años, metieran algunos goles más. Luis Suárez, en sus 5 primeras temporadas, dejó un promedio de 26 goles por Liga. Hasta ayer estaba en 15. Claro que se ha perdido 10 partidos por lesión. Y en Mestalla y el Bernabéu su ausencia fue clave. De Messi no hay queja, ni por asistencia­s, ni por goles, ni por compromiso. Pero llevaba 10 Ligas consecutiv­as con cifras goleadoras estratosfé­ricas y los veintipoco­s de este Campeonato le servirán para ganar el Pichichi pero no la Liga.

10. UN VAR DE VERGÜENZA

Es un clamor. Tras el confinamie­nto, lo del VAR ha sido una forma de blanquear institucio­nalmente los errores arbitrales, a menudo para el mismo lado. Y sí, Piqué tenía razón en sus palabras pronunciad­as sólo dos partidos después de retomarse la Liga. Una línea de fuera de juego que retrata a Benzema, un control con el brazo del mismo francés, ese orsay de Rodrigo, ese gol anulado a Januzaj, el pisotón a Raúl García, la agresión de Sergio Ramos… La moda está en decir que el Barça no va a perder esta Liga por el VAR, pero tampoco la va a ganar gracias a él. Los nueve motivos anteriores pesan igual en la balanza de los errores y los despropósi­tos, en un año donde el fútbol es lo de menos.

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El 2-0 del Madrid, con el segundo tanto de Mariano, impidió que el Barça se escapara
FOTO: SIRVENT Un Clásico decisivo El 2-0 del Madrid, con el segundo tanto de Mariano, impidió que el Barça se escapara
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